Antiguos vertederos mineros de Aznalcóllar filtran metales al río Agrio en Sevilla y provocan la muerte de peces

Las aguas del contraembalse de Aznalcóllar han adquirido un color que delata la presencia de metales.

Antonio Morente

Sevilla —
7 de abril de 2025 22:04 h

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Las intensas lluvias de las últimas semanas han provocado filtraciones desde antiguos vertederos mineros abandonados en el municipio sevillano de Aznalcóllar, una contaminación que se ha hecho evidente en el contraembalse de esta localidad y de ahí ha saltado al río Agrio. La empresa que ahora trabaja para reabrir la explotación, Minera Los Frailes, apunta que está investigando lo ocurrido y que precisamente su proyecto acabará con este problema, al incluir la regeneración de estos pasivos.

Jesús Castillo, catedrático de Ecología de la Universidad de Sevilla, denuncia que esta contaminación ácida no se quedará ahí, ya que el Agrio conecta con el Guadiamar (al que llegaron los vertidos de la catástrofe ambiental de Boliden en 1998), cuyas aguas se adentran en Doñana y conectan con el Guadalquivir, en cuyo estuario acabarán estos restos. Castillo señala que el contraembalse ha cogido la característica tonalidad turquesa que delata la presencia de metales.

Esto, subraya, ha provocado una “masiva” mortandad de peces, lo que se ha puesto en conocimiento del Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil. Castillo critica asimismo la falta de vigilancia por parte de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG), que ha declinado valorar lo ocurrido.

Un problema que se repite

Tanto el catedrático de Ecología como fuentes de la empresa minera coinciden en un punto: esto no es la primera vez que ocurre. De hecho, desde Los Frailes se apunta que “este fenómeno está documentado históricamente” y que los últimos casos se produjeron en 2004 y 2010 –cuando la gestión de este entorno correspondía a la Junta de Andalucía– y en 2017. La compañía (que no tiene todavía activa la explotación) admite que se ha detectado agua contaminada en el contraembalse del Agrio y que “está realizando análisis para identificar el origen de este incidente”.

Castillo resalta que el color turquesa apunta a la presencia de sulfato de cobre, aunque los análisis que se están haciendo de las muestras recogidas determinarán si hay otros metales, algo que en principio da por hecho. La lluvia ha provocado que desde los pasivos mineros abandonados en esta comarca se produzcan filtraciones de aguas cargadas de contaminantes que han acabado en el Agrio, provocando la mortandad de peces.

Esta se ha podido producir por dos vías, por asfixia (tras un proceso de oxidación que haya eliminado el oxígeno del agua) o por intoxicación, ya que estos animales capturan los metales por la piel y las branquias. “Esto es un problema de salud ambiental, económica y pública”, desgrana Castillo, que junto a otros investigadores hacía público recientemente un estudio que ha detectado plomo en los peces y otros metales en los sedimentos del Guadalquivir. Esto lo achaca a los vertidos de la mina que sí está operativa en estos momentos, Cobre Las Cruces.

Arsénico y zinc en la desembocadura del Guadalquivir

El catedrático va un paso más allá y avanza que una nueva investigación ha detectado “altas concentraciones” de elementos contaminantes como arsénico y zinc en la desembocadura del Guadalquivir, con niveles “similares” al punto del río en el que vierte Cobre Las Cruces. Precisamente, este miércoles se llevará a cabo ante el palacio de San Telmo (sede de la presidencia de la Junta de Andalucía) una concentración de protesta en la que participarán ayuntamientos ribereños y del Golfo de Cádiz, cofradías de pescadores y ecologistas, para denunciar un problema ambiental con impacto en la actividad económica.

Por lo que respecta al incidente en el Agrio, Minera Los Frailes considera que es la mejor demostración de que su proyecto de reanudar la actividad extractiva “forma parte de la solución a los pasivos ambientales que afectan a Aznalcóllar”. Por ello, considera “esencial” su iniciativa, ya que “restaura de forma global” estas antiguas escombreras.

“Minera Los Frailes reafirma su compromiso con la restauración ambiental integral del entorno de Aznalcóllar, que es la única solución viable y definitiva para eliminar los pasivos ambientales que están afectando a esta zona”, incide. La inversión medioambiental que plantea la compañía supera los 100 millones de euros, e incluye la restauración integral de más de 500 hectáreas degradadas por antiguas explotaciones mineras para evitar así su contacto con el agua de lluvia.

Medio ambiente y puestos de trabajo

En paralelo, defiende que se elimina de forma permanente la acumulación de aguas contaminadas en las cortas, con una planta de tratamiento que ya ha sido preadjudicada a Aqualia Industrial. Y recuerda asimismo que su proyecto “ha sido validado por todas las administraciones competentes, cumpliendo estrictamente con la normativa europea, nacional y autonómica vigente”, con un sistema de control y vigilancia ambiental “único en Europa” que prevé un plan de seguimiento independiente.

Los Frailes recuerda que ha aportado más de 60 millones de euros en garantías financieras exigidas por la administración, y que la inversión global ascenderá a 450 millones de euros y generará más de 2.000 empleos directos e indirectos. “Esto no es un conflicto entre medio ambiente y puestos de trabajo, sino entre miles de puestos de trabajo en los alrededores del estuario del Guadalquivir y una actividad contaminante que los pone en peligro”, tercia Jesús Castillo, que alerta de la progresiva acumulación de metales en una zona de la desembocadura del Guadalquivir que es reserva de pesca.

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