La portada de mañana
Acceder
Timothy Garton Ash: “Los europeos deberíamos ponernos en lo peor”
Feijóo le quita a Mazón el congreso de PP Europeo tras una llamada de teléfono
Opinión - El silencio habla mal de Sánchez. Por Esther Palomera

La isla entre Nueva York y Granada donde Federico García Lorca se quitó la máscara y se puso un traje blanco

Fotograma del documental 'Lorca en La Habana'

Guillermo Albarrán

Sevilla —

0

“Mucha gente ha leído 'Poeta en Nueva York', pero nadie sabe lo radicalmente feliz que fue Lorca en Cuba”. Antonio Manuel, intelectual, escritor y profesor, se sumerge en “lo desconocido” de lo que se conoce sobre el poeta granadino en el documental que ha escrito y dirigido junto a su amigo, el cineasta, productor y guionista, José Antonio Torres. 'Lorca en La Habana' explora, mezclando elementos teatrales, docuficción y entrevistas a expertos, “la etapa en la que Federico vivió los días más felices de su vida”: su estancia de tres meses en Cuba, en 1930. Según los directores, “Lorca llegó a la isla rebotado por haber experimentado el capitalismo más salvaje de Estados Unidos. Cuando vio lo que había en La Habana, no le quedó más remedio que rendirse ante la vida más pura que se respiraba allí. Se quitó la máscara que había tenido que ponerse en España, se compró un traje blanco y pudo ser él mismo más que en cualquier otro lado”.

Antonio Manuel descubrió a Lorca cantando la 'Baladilla de los tres ríos' en la rondalla a la que pertenecía cuando era muy niño. José Antonio lo hizo cuando tenía 15 años, tocando la guitarra para 'Tinaja 7', un grupo de teatro independiente que representaba el 'Retablillo de Don Cristóbal'. Hacer este documental, para ellos, ha sido “conocer una parte más de las miles que tiene Federico. Hemos querido hacer un homenaje al Lorca más libre, el más desbocado, y hemos querido contarlo desde allí, desde Cuba, para reconocerle a esa maravillosa isla lo muchísimo que tuvo que ver en el Lorca de la década de los 30”.

Los directores salen apurados de una de las salas del cine Odeon Plaza de Armas (Sevilla), en la que se está presentando su documental. Ocurre un 5 de marzo, dos días antes de que se cumplan 95 años de la llegada de Federico a la isla de Cuba. Aunque la entrevista estaba concertada para las 10.00 h (mientras se proyectaba por primera vez 'Lorca en La Habana') ambos piden que esperemos 15 minutos: “Disculpa, es que queríamos ver el principio de la peli en la pantalla grande”. De ahí, nos desplazamos a una sala muy amplia, vacía, que debía de servir como bar en otras ocasiones, a juzgar por todas las mesas, las sillas y por la barra de madera en uno de los extremos.

Fue en los bares, en los antros, sobre todo en los más marginales, donde Federico “descubrió lo que era la vivir”. En el documental se habla de cómo la vida nocturna de La Habana propulsó el ansia de libertad sexual de Federico García Lorca: “Se hizo gay en Cuba”. Pero, ¿qué pasaba en aquella isla que permitió al poeta descubrirse a sí mismo como no lo había hecho en la península?

Para José Antonio, “allí Lorca encuentra la esencia andaluza: ese descaro, esa familiaridad, pero en un ambiente mucho más liberal. Seguramente sería la influencia norteamericana. El caso es que le permitió experimentar sobre sí mismo. Se mete en los sitios más marginales de la noche cubana, es una explosión de nuevas experiencias. Solo podemos imaginar lo que eso supuso para él a nivel creativo. De hecho, 'El Público' lo escribió en Cuba”. Antonio Manuel cambia el foco y explica que “no solo hay que fijarse en dónde llega, sino de dónde viene. En 1930 todavía se vive en España esa dictadura de Primo de Rivera. Lorca se va de su Granada huyendo de ese 'olor a flores muertas' que menciona a veces, de esa caspa que pone todo rígido. Imagínate lo que supone ese cambio para alguien de su edad”.

32 años tenía el poeta cuando llegó a La Habana. Y 32 años “cargó” con una máscara que le tapaba la mitad de la cara. Al menos, así se representa en el documental al Lorca de antes de descubrir Cuba. Esta máscara no es ninguna metáfora o elemento narrativo recurrente en la obra del granadino, sino uno más de los recursos estilísticos que los directores usan para difuminar la línea entre el mito y la realidad de Lorca en su documental.

El acercamiento estilístico que han tomado, según José Antonio, quiere aumentar esa sensación “onírica”. Dice el director que “saltar de un discurso narrativo a otro sin avisar al espectador también lo invita a dejarse llevar. Si te das cuenta, aunque Lorca sea el personaje principal del documental, cuando habla y se expresa en nuestra peli siempre lo hace desde esa habitación, la suya. Pero dejamos que se vea que esa habitación es un decorado de teatro, que hay espectadores y que ese Lorca es nuestro Lorca, el que nosotros queremos representar. Igual que cuando ficcionamos las entrevistas con los personajes históricos con los que tuvo relación. No nos importa que a nuestro documental se le vean las costuras. De hecho, creemos que le da incluso un toque más lorquiano”.

“Qué mentiroso que soy”, “No os creáis na' de lo que digo” dice Federico, interpretado por Javier Jiménez Noia, en los primeros compases de la película. “No es nuestra intención ser estrictos con lo que es cierto y con lo que no. Por una parte, están las entrevistas a los historiadores y expertos. Eso, por supuesto, está corroborado y es la parte estrictamente realista del documental. Son hechos que se saben. Todo lo demás, sin embargo, está plagado de historias que se cuentan, de rumores. Sabemos quiénes fueron sus amigos, sabemos de sus conferencias y sabemos que se enamoró de la isla porque escribió: 'Si yo me pierdo, que me busquen en Andalucía o en Cuba'”, explica Antonio Manuel.

Y allí, a Cuba, fueron los directores a buscar a Lorca. Dos veces, de hecho. La primera fue aprovechando que Antonio Manuel prologaba un libro titulado 'Todas las Aguas', de Urbano Martínez Carmenate y que fue presentado en La Habana. “Fuimos todo el equipo en febrero de 2023 a hacer un trabajo de preproducción, a conocer a los expertos, a conocer los lugares, a palpar lo que sintió Federico. Luego hicimos un segundo viaje en junio de 2024 para grabar todo. Ahí ya habíamos decidido que el documental fuera andaluz y 'cubanísimo'. Porque no es solo lo que Federico hizo en Cuba, sino lo que Cuba hizo en Federico”.

Una de las personas que intervienen en el documental se llama Anthony Bernal Ruesca, y es integrante del grupo de teatro cubano 'El Trébol Gitano'. Él describe cómo, cuando interpretan una obra de Federico García Lorca, sienten “que la sonrisa del poeta les acompaña, como si estuviera viendo todo esto y estuviera orgulloso de lo que estamos haciendo”. José Antonio comparte este sentimiento, y describe el viaje a Cuba como “un descubrimiento de lo que realmente significa que Lorca sea universal”. “Allí, todos saben quién es Federico. Preguntas a niños de 13 y 14 años y te responden que han representado dos veces 'La Casa de Bernarda Alba', o que conocen sus poemas. Es muy emotivo ver hasta dónde llega la influencia de este artista: a todo el universo”.

Para Antonio Manuel, la reflexión “lógica” que viene después de asimilar la universalidad del poeta es asumir que “Lorca está vivo. Hablar de Federico no es hablar de pasado, es hablar de presente y, si me apuras, de futuro. Porque el mensaje de Federico, el de entonces y el de hoy, es un mensaje de futuro, de esperanza, de luchar por ti, por tu libertad, por ser quien eres y por el compromiso político. Por el compromiso del poeta. Nos duele que haya quien se crea capaz de decidir qué pasado se cuenta y qué pasado no. O sea, es legítimo hablar de la toma de Granada y resulta que no es legítimo hablar de un granadino como Federico, al que se le ha privado de alguna manera de que se conozca una de sus etapas fundamentales, que es su estancia en Cuba”.

'Lorca en La Habana' tendrá un pase especial en el Festival de Málaga de 2025, en la sección de documental. Está producido por Plano Katharsis y en el reparto de actores están Javier Jiménez, Inima Duce Fuentes, Laura Martín, Javier Vergara, Manuel Carrasco, Carlos Cruz, Antonia Carranza, Julio Cesar Millán, Juan Carlos Carrillo y Antonio Carreño. La fotografía de la obra es de Manuel C. Santos, Marcelo Ripado y Hazeina Rodríguez. La música, de Jesús Bienvenido, Rocío Pérez ‘Roco’ y Antonio Manuel.

Etiquetas
stats