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Los cazadores españoles se preparan para matar 100.000 tórtolas de nuevo

Pareja de tórtolas europeas / Jan Emilio. CC.

Raúl Rejón

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Fin de la tregua a las tórtolas. Tras cuatro años de moratoria a nivel europeo que permitió a la especie remontar el vuelo desde su delicada situación, los cazadores españoles podrán volver a matar tórtolas esta temporada. Los cotos tendrán que repartirse los algo más de 100.000 ejemplares que van a corresponder a España.

La decisión de retomar la caza de la tórtola venía incrustada el 17 de febrero en una respuesta parlamentaria del Gobierno a la diputada del grupo Sumar, Julia Boada, acerca de la codorniz: “Se han venido aplicando medidas de gestión en especies como la tórtola, que han permitido una recuperación de esta especie y la reapertura de su caza”, describía la contestación.

Tras ese párrafo, el pasado 4 de marzo, el Grupo de Trabajo sobre Recuperación de Aves de la Unión Europea aceptó que España –junto a otros estados– ha alcanzado los requisitos que se habían establecido para poder reiniciar la caza de la tórtola. El comité científico recomendó que, si se volvía a matar esta especie, se empezara con una cuota inicial de unas 132.000 aves (el 1,5% de la población) para 2025, de las que un 80% pueden corresponder a España.

"Es un máximo. Nosotros lo comparamos al límite de velocidad en carretera, que debe ser el tope máximo y no tanto el objetivo"

Carles Carboneras Investigador del IREC-Csic

Esa cuota “es un máximo. Nosotros lo comparamos al límite de velocidad en carretera, que debe ser el tope máximo y no tanto el objetivo”, explica a elDiario.es uno de los expertos que han elaborado el informe, Carles Carboneras. El biólogo del Instituto de Recursos Cinegéticos (IREC) –que firma el trabajo junto a Beatriz Arroyo, Marta Cruz y Beatriz Rubio– “nos parece una cifra prudente, ya que cazar un 2% o cualquier cosa por encima es demasiado arriesgado al tratarse del primer año de un sistema nuevo”.

Para la temporada 2025-2026

El Ministerio de Agricultura explica que así se ha certificado “que el país cumple las condiciones técnicas para reintroducir la caza de la tórtola esta temporada 2025/2026. Y que ”este criterio técnico será adoptado oficialmente por el comité comunitario de la Directiva Hábitats en su reunión del 1 de abril“.

Esas condiciones incluían un aumento de población de tórtola europea durante, al menos, dos temporadas, incremento de supervivencia de ejemplares e implementación de sistemas creíbles de regulación y control de la caza “para asegurar que se respetan unas cuotas reducidas [de capturas]”.

En ese último sentido, cabe recordar que en la última temporada de caza de tórtolas antes de la moratoria se mataron más de 400.000 ejemplares. El Ministerio de Agricultura consideraba en 2021 este nivel una “utilización razonable” compatible con salvar la especie. Así lo argumentó para intentar suavizar la sanción europea que afrontaba España por no cuidar suficientemente a la especie tras fracasar el intento del Ministerio de Transición Ecológica de declarar oficialmente vulnerable esta ave (lo que hubiera paralizado su caza).

El documento técnico –firmado por el IREC-Csic– añade que “es importante continuar vigilando y revisar cada año” el cumplimiento de estos requisitos.

La recomendación de los expertos explica que, para la población occidental de tórtolas europeas, una “hipotética cuota del 2% podría permitir un crecimiento, pero a un ritmo relativamente lento: podría tomar dos décadas llegar a una población de tres millones de parejas” y que otra de un 1% presentaría “dificultades para aplicarse, porque haría que varios países tuvieran que repartirse una cuota pequeña”. Así que optan por ese 1,5%.

 Carles Carboneras recuerda que “los sistemas de seguimiento actuales permiten que, si el 1,5 % resultase excesivo, se podría detectar en poco tiempo”. Como científico, añade, “contamos con seguir aportando los datos y nuestro criterio objetivo a este proceso. Al fin y al cabo, son las aves mismas las que nos indican si vamos bien de cara nuestro objetivo o si nos alejamos”.

Con todo, los científicos recuerdan que cualquier reapertura de la caza implica que los Estados deben demostrar que contribuyen a “la generación de superávit de población”, que “si son incapaces de justificar una suficiente inversión –en restauración de hábitats, control o investigación– se reducirá la cuota de caza” y, sobre todo, que “la parte de la cuota de tórtolas cazables que no se use no puede transferirse”. Es decir, si hay un número de tórtolas que se salvan, no aumentará un futuro cupo.

De arrastrar los pies a liderar la reapertura

La prohibición (temporal) de matar tórtolas en España se estableció en 2021. La Comisión Europea ya había incluido esta medida en 2018 en su Plan de Acción al constatarse que su abundancia se había desplomado desde más de 2,5 millones de parejas a principios de siglo a cerca de 1,5 millones. Sin embargo, las comunidades autónomas hicieron oídos sordos hasta el punto de que la Comisión Europea abrió un expediente a España y la Fiscalía avisó por escrito a los gobiernos regionales de que debían detener la caza. Gracias a la moratoria cinegética se han contabilizado 615.000 nuevas parejas.

Con esos datos, el Gobierno ya pidió en octubre a la Comisión Europea que se levantara la prohibición. Lo hizo mediante una propuesta de la subdirección general de Producciones Ganaderas y Cinegéticas del Ministerio de Agricultura.

En ese documento también se trazó el reparto de tórtolas muertas una vez asignada la cuota final a España. Así, de las comunidades autónomas más cazadoras, Andalucía tendría un 33%, Castilla-La Mancha un 17% y Castilla y León otro 12%.  

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