Alexander Graham Bell: la persona que no inventó el teléfono, pero que fue precursor del lenguaje de signos
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El 3 de marzo de 1847 venía al mundo en Edimburgo Alexander Graham Bell. Hijo de profesor, su lugar de nacimiento se encuentra en el número 16 de South Charlotte Street como se puede apreciar gracias a una placa conmemorativa en la que figura que fue donde primero vio la luz el inventor del teléfono.
Un honor que se le atribuye y se ha quedado con el nombre y la fama de Alexander Graham Bell, pero que no es cierto desde el año 2002, concretamente desde que un 11 de junio el Congreso de los Estados Unidos aprobara una resolución que reconocía al italiano Antonio Meucci como el verdadero inventor del teléfono y ponía fin así a un litigio que duró un siglo y medio.
La penuria económica que silenció al inventor del teléfono
Aunque ha quedado en la memoria colectiva que Alexander Graham Bell es el inventor del teléfono, oficialmente desde ese día de junio de 2002 lo es Antonio Meucci. Este era un ingeniero nacido en Florencia a principios del siglo XIX y que había emigrado a los Estados Unidos.
Fue allí donde desarrollaría su invento que llamó “teletrófono” y que sería el germen de lo que hoy conocemos como teléfono. Un artilugio que había inventado para poderse conectar de forma más fácil con el dormitorio de su casa desde su oficina, ubicado en la planta baja, para poder cuidar de su mujer enferma por reumatismo.
Este primer teléfono fue construido a mediados del siglo XIX, y fue en 1860 Meucci hizo una demostración pública que apenas llegó al público y solo fue recogida en la prensa italiana de Nueva York. Antonio Meucci, sin embargo, fue consciente del alcance de su invento e intentó presentar la patente, pero no pudo reunir los 250 dólares de entonces para definirla, dejado solo un trámite preliminar que no se pudo renovar más allá de 1873.
Un accidente que sufrió hizo que su esposa vendiera parte de sus pertenencias y trabajos, y cuando se recuperó intentó recuperar su patente y conseguir una demostración con la Western Union que nunca se dio. Cuando llegó a sus oídos que un joven había presentado una patente, comenzó un litigio que no se resolvió de forma oficial hasta un siglo después.
Alexander Graham Bell y la comunicación de personas sordas
Y es que Alexander Graham Bell demostró tener buena mano en los negocios al patentar el teléfono justo un año antes de dar con la solución que daría pie a los actuales aparatos que utilizamos. Este fue acusado de plagio por varias personas, lo que le llevó a tener varias denuncias, y tampoco fue la persona que pronunció la primera frase telefónica, aunque sí es el autor de varios inventos y logros.
Lo que sí que consiguió Alexander Graham Bell, además de quedar para siempre ligado al invento del teléfono, aunque ya no sea reconocido como tal, es que sí que efectuó la primera llamada telefónica transcontinental el 25 de enero de 1915 entre Nueva York, donde él se encontraba, y San Francisco, cubriendo una distancia de más de 5.000 kilómetros.
Además, Bell desarrollaría varios avances para la comunicación de las personas sordas, algo que conocía de primera mano por su madre e inventó un lenguaje de signos con ella para poder contarle lo que sucedía en la familia, algo que fue el origen para que luego decidiera dedicar gran parte de su vida a trabajar como educador y logopeda de personas con problemas auditivos.
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