La historia de los túneles secretos que Leonardo da Vinci diseñó para el poder en Milán

Leonardo da Vinci

Héctor Farrés

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Los bocetos de Leonardo da Vinci esconden más de lo que parece. Líneas aparentemente aleatorias, trazos inconexos y diagramas que desafían la lógica han resultado ser, en muchas ocasiones, la clave para comprender su pensamiento. No solo era un genio del arte, sino un ingeniero adelantado a su tiempo, obsesionado con la mecánica, la anatomía y la arquitectura.

Entre sus innumerables diseños, hay algunos que han tardado siglos en revelar sus secretos. Uno de ellos, oculto en el Codex Forster I, acaba de confirmar una teoría que llevaba décadas circulando entre historiadores: la existencia de túneles subterráneos en el Castillo Sforzesco de Milán, posiblemente diseñados por el propio Leonardo.

Este hallazgo se debe a un equipo de investigadores de la Universidad Politécnica de Milán y la empresa Codevintec, que decidieron examinar el subsuelo del castillo con tecnología de escaneo láser y georradar. El resultado fue impactante: bajo la imponente fortaleza renacentista, se esconde una compleja red de pasajes que comunican diferentes zonas del castillo e, incluso, algunos puntos importantes de la ciudad. La estructura de estos túneles coincide con los esquemas que Leonardo dibujó a finales del siglo XV, cuando trabajaba bajo el mecenazgo de Ludovico Sforza, duque de Milán.

Una prueba física de los diseños del genio

Leonardo llegó a la corte de Milán en 1482, donde rápidamente se convirtió en una pieza fundamental para los Sforza. Su talento no se limitaba a la pintura, sino que también aplicaba su ingenio al desarrollo de armas, máquinas de guerra y estrategias defensivas. En este contexto, su implicación en el diseño de estructuras subterráneas cobra sentido.

Entre sus múltiples encargos dentro del castillo, se le atribuye la decoración de la Sala delle Asse, un espacio cuya ubicación resulta fundamental en la reciente investigación. Los estudios realizados con escáneres tridimensionales han revelado que algunos de los pasajes descubiertos se encuentran justo debajo de esta sala, lo que refuerza la hipótesis de que Leonardo tuvo algún tipo de participación en su construcción.

Los túneles, sin embargo, no parecen haber sido solo un recurso militar. Aunque es probable que algunos sirvieran para mover tropas o almacenar provisiones durante asedios, otros apuntan a funciones más privadas y estratégicas. Uno de los corredores descubiertos conecta el castillo con la Basílica de Santa Maria delle Grazie, donde se encuentra la célebre pintura La Última Cena y las tumbas de la familia Sforza. Esta conexión sugiere que el túnel pudo haber sido utilizado por Ludovico Sforza para visitar en secreto la sepultura de su esposa, Beatrice d’Este, fallecida en 1497.

El descubrimiento de estos pasajes abre una nueva vía de investigación sobre el papel de Leonardo como ingeniero militar. Sus códices contienen numerosos estudios sobre fortificaciones, pasadizos y mecanismos ocultos, pero hasta ahora no se habían encontrado evidencias físicas de que alguno de estos diseños hubiera sido construido. La correspondencia entre los túneles hallados y los bocetos del Codex Forster I permite pensar que no solo los ideó sobre el papel, sino que pudo haber participado activamente en su planificación.

Una nueva era para el Castillo Sforzesco

Además de su valor histórico, este hallazgo plantea nuevas posibilidades para el estudio y la conservación del Castillo Sforzesco. Los investigadores trabajan en la creación de un modelo digital del castillo, utilizando realidad aumentada para recrear los túneles y ofrecer una experiencia inmersiva a quienes visiten el lugar. “El objetivo es crear un modelo digital que no solo represente la apariencia actual del castillo, sino que también permita viajar al pasado y recuperar elementos históricos que ya no son visibles”, explicó Franco Guzzetti, profesor del Politécnico de Milán y uno de los responsables del proyecto.

Este episodio refuerza la idea de que la obra de Leonardo da Vinci sigue teniendo mucho que revelar. Sus dibujos, en apariencia caóticos, resultan ser planos de una mente que siempre iba un paso por delante. Ahora, más de 500 años después, la tecnología permite descifrar parte de sus secretos y dar forma tangible a lo que hasta hace poco era solo una hipótesis.

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