Investigadores de Oviedo desarrollan la primera traducción en el mundo de la tabla periódica a lengua de signos

El equipo de investigación de la Universidad de Oviedo “Mis Manos Hablan” ha realizado la primera traducción de la tabla periódica de elementos químicos a una lengua de modalidad viso-gestual.
El trabajo, liderado por la doctora Aránzazu Valdés González, investigadora del Departamento de Ciencias de la Educación de la institución académica, ha logrado traducir, por primera vez en el mundo, la tabla periódica de los 118 elementos químicos a una lengua signada.
La Federación Mundial de Sordos estima que existen más de 300 lenguas signadas diferentes y unos 70 millones de personas sordas.
El trabajo de los investigadores de la Universidad de Oviedo, que culmina un largo periodo de estudios, ha sido difundido en Eureka y Revista Signos, dos publicaciones de máximo impacto en su área del conocimiento.
Facilitar la inclusión social
Los investigadores presentaron sus conclusiones ayer miércoles, en el Aula Magna del Edificio Histórico, en un acto presidido por Ignacio Villaverde, rector de la Universidad de Oviedo.
Al acto también asistieron Miguel Ferrero Fuertes, presidente de la Asociación de Químicos de Asturias y catedrático de la universidad asturiana, José Javier Borge Álvarez y Celestino Rodríguez Pérez, decanos, respectivamente, de las facultades de Química y Formación del Profesorado y Educación de la institución asturiana de enseñanza superior.
Las lenguas de signos son las lenguas naturales de las personas sordas. Facilitan el aprendizaje y el acceso a la lengua oral y, por ello, la participación e inclusión social.
Sin embargo, derivadas de su situación de lenguas minoritarias y minorizadas, en ámbitos especializados del saber, presentan carencias léxicas que dificultan la comunicación y el acceso a la información.
Las barreras de comunicación
En España, la Ley 17/2007 reconoce a la Lengua de Signos Española (LSE) y a la Lengua de Signos Catalana (LSC). Aún en la actualidad, “siendo lenguas con recursos y mecanismos de creación léxica muy ricos, las lenguas de signos presentan importantes carencias de vocabulario que suponen barreras de comunicación: un escollo para lograr que las personas sordas tengan un acceso pleno a la información y, por ello, a la formación científica”, explicó la doctora Valdés.
Tras constatar que no existía ninguna traducción de la tabla periódica a ninguna de las 300 lenguas signadas y realizar un profundo análisis de los materiales léxicos de la lengua de signos española, los científicos afrontaron un largo proceso de investigación que los llevó, por primera vez en el mundo, a la traducción de los nombres de los 118 elementos químicos a una lengua signada.
“Es un hito histórico”
La Universidad de Oviedo ha resaltado la importancia de esta investigación: “Se trata de un hito histórico para las lenguas signadas y, más aún, para la lengua de signos española y para Asturias”, indicaron.
La doctora Valdés destacó que las lenguas signadas son lenguas ricas con una gran capacidad para proporcionar nuevas unidades léxicas y nuevos signos para hacer frente a cualquier necesidad de la comunicación en cualquier ámbito por especializado que sea.
Los resultados de esta investigación cuentan ya con el respaldo de la Real Sociedad Española de Química, el Real Consejo General de Colegios Oficiales de Químicos de España, el Consejo General de Farmacéuticos de España, el Colegio de Químicos de Asturias y León, el Colegio de Farmacéuticos de Asturias y la Asociación de Químicos del Principado de Asturias.
Además, también ha recabado el apoyo expreso a la investigación de varias multinacionales líderes del sector químico y farmacéutico como Dupont y Perimeter Solutions.
Por su parte, Bayer, en línea con su estrategia de sostenibilidad y de acercamiento de la ciencia, se ha sumado también al proyecto para favorecer su difusión y conocimiento, al entender que su aportación es clave para el desarrollo de un lenguaje científico más inclusivo.
El doctor Javier Martín Antón, también investigador del equipo de la Universidad de Oviedo, ha indicado que “el apoyo a nuestro trabajo se produce sin apenas realizar esfuerzo. Tanto las empresas como las instituciones se dan cuenta de la importancia que supone este hito en el ámbito de la educación para la formación científica de las personas sordas usuarias de la lengua de signos española como lengua vehicular”.
La visibilidad del 'bautizo'
En 2023, con motivo de la onomástica de la Princesa de Asturias, el equipo de “Mis Manos Hablan”, en colaboración con el Real Cuerpo de la Nobleza del Principado de Asturias y la Federación de Personas Sordas del Principado de Asturias, proporcionó el signo personal de la princesa Leonor y de su hermana, la infanta Sofía. Este bautizo en la lengua de signos española contribuyó a dar visibilidad a la comunidad sorda.
“Contamos con un equipo en el que trabajamos de manera multidisciplinar, ya que confluimos profesores cuya formación está ligada al campo de las Ciencias Experimentales, de las Ciencias Sociales y las Humanidades. Supone un amplio espectro, muy enriquecedor, tanto para trabajar como para realizar estudios y proporcionar resultados”, comenta el doctor Martín.
El acicate
La preocupación de los investigadores por el ámbito educativo ha supuesto el acicate necesario para realizar esta propuesta tan necesaria y proporcionar “un recurso útil que sirva para mejorar el proceso de enseñanza-aprendizaje de la química”, concluye la doctora Valdés.
Recuerda que, hasta la actualidad, “se recurría al deletreo del nombre de los elementos o sus símbolos químicos, que resultaban tediosos y poco eficaces durante el proceso de enseñanza-aprendizaje al igual que los, también habituales, fenómenos de polisemia. A partir de ahora, tanto los intérpretes como los usuarios de la lengua española de signos tienen un recurso a su disposición”.
Un procedimiento extrapolable a cualquier lengua signada
El trabajo se ha centrado en proporcionar un signo, una propuesta de traducción, de los 118 elementos químicos a la lengua de signos española, pero, además, el procedimiento creado es fácilmente extrapolable a todas las lenguas de modalidad viso-gestual y, también, al sistema de signos internacional.
En este sentido, los investigadores destacan que “desde el primer momento, nos propusimos la traducción completa de la tabla periódica a la lengua de signos española, otra situación no era una opción, pero el camino fue bastante largo y cada piedra en el trayecto nos llevó a un método que nos sorprendió siendo fácilmente extrapolable al resto de lenguas signadas”.
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