Más polvos por favor...

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La tradición se mantiene. El carnaval palmero destaca por su asombrosa lluvia de talco.

Esta costumbre cubana de vestirse de blanco y completar sus rituales blanqueándose la piel llegó a la isla en el siglo XIX después del desembarco de todos aquellos emigrantes que llegaban llenos de riquezas después de hacer las Américas. En primera estancia se comentaba que los barcos venían llenos de sacos de harina en mal estado que fueron utilizados para amenizar unos carnavales que se celebran en ese entonces y aquello dio pie a romper los costales para divertirse tirando las partículas por los aires. Pero después de aquella teoría, fundamentaron por fin el por qué del color blanco.

Vestirse de blanco en Cuba simboliza pureza y protección. Es una tradición que marca la espiritualidad de los cubanos que practican la religión más extendida en el país, la politeísta. La Santería cubana está cargada de simbolismo. Cuando alguien nace, lo hace bajo la protección de un Santo u Orisha al que se debe reverenciar de por vida, y todo ello, mediante sacrificios. Esta creencia que se ha convertido en algo cultural tiene un ritual muy conocido como es la limpieza y la protección con cascarilla, un polvo que se hace a base de cáscaras de huevo y que los cubanos utilizan para alejar las malas energías. Una tradición ancestral y que de alguna forma se ha colado en el carnaval palmero para purificarlo.

Debemos recordar que la lluvia de talco no solo añade un elemento visual espectacular al carnaval, sino que también simboliza la mezcla de culturas y la identidad compartida entre las Islas Canarias y América Latina. Es un recordatorio de las historias de migración y regreso que han moldeado la cultura palmera.

El caso es que Cuba fue uno de esos países que les abrió las puertas a los emigrantes canarios. De ahí surgieron lazos de unión que hoy prevalecen y que han dejado un legado impresionante. El carnaval palmero es mundialmente conocido por esta tradición blanca que invita a conocer de primera mano esta celebración tan esperada por la sociedad cada año.

Aunque la fiesta más conocida del carnaval son Los Indianos, en otros lugares de la isla se puede disfrutar del polvo en su máximo esplendor. Sin ir más lejos, la celebración del sábado antes del lunes de carnaval en el municipio de Los Llanos de Aridane, “La polvacera” otra gran fiesta en la que nadie se librará de estas albinas moléculas.

Hoy por hoy y desde los años veinte se viene desarrollando la fiesta más blanca que existe en la capital de la Isla, Santa cruz de La Palma. Son muchos los imitadores de Los Indianos pero la esencia indiana sólo se vive en la Isla Bonita, La Palma. Los auténticos, los originales, los tradicionales... La fiesta que honra con corazón a todos los emigrantes que retornaron a su tierra después de buscar un mejor porvenir. Va más allá de una simple celebración, es un sentimiento.

El polvo al aire y embadurnarte es una parte esencial de esta festividad. En el ambiente se respira el aroma del talco y la nube blanca se aprecia en lo alto cubriendo calles y plazas. Este es el simbolismo del regreso y la celebración que ha perdurado a lo largo de los años, convirtiendo a su tradicional Negra Tomasa en un icono cultural y a la fiesta de Los Indianos en una de las más icónicas del mundo.

El Carnaval palmero es una experiencia inolvidable que refleja la rica herencia cultural de La Palma. Esta festividad es una celebración de la vida, la historia y la comunidad, donde el pasado y el presente se encuentran en una polvareda de alegría y tradición.

¡Más polvos, por favor...! y que este carnaval no acabe.

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