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CV Opinión cintillo

A quien lea

Extraños compañeros de DANA

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“Cendroses ombres,

urpes agresives;

còmplices sou del fum i de la fera

que travessa la nit.

Parleu un fosc idioma;

sou un barreig de foc i d’avidesa,

un terbolí que engul tot el que troba

menys l’angúnia feréstega“

Matilde Lloria, Almansa-València. ‘Forces malignes’-1960.

Algunos valencianos. Bastantes. Lucharon, bregaron, trabajaron y se jugaron el tipo. Hasta lo perdieron. Se dejaron en las púas de la alambrada la salud, el trabajo, el pan de sus hijos y años de su vida, en la flor de su desarrollo profesional, familiar y humano. Y lo hicieron para recuperar la libertad, la democracia y la reconstrucción de las instituciones y los derechos particulares y privativos del País Valenciano. Algunos, muchos murieron sin poder ver que su sacrificio servía para algo y que, finalmente, arribaba a buen puerto. Ahora, estos días, desde el 29 de octubre de 2024, se ve que la convivencia se enrarece por la irrupción de una catástrofe y por la incapacidad de quienes mandaban cuando sucedió y no supieron estar ni en su sitio ni a la altura que exigía su responsabilidad. Debieron dimitir o ser cesados de sus cargos, aunque tan sólo fuera por dignidad.

Inaceptables

Ahora, para mayor indignidad, se se ve que un partido político, el Partido Popular y el presidente de la Generalitat que pertenece a esta fuerza política, negocian su pretendida salvación y pactan con la facción ultraderechista, Vox, la aprobación de los Presupuestos para 2025 que llaman de la recuperación. El Partido Popular por la cobardía de su representante máximo en la Generalitat, la máxima autoridad– de cinco millones de valencianos– acepta una larga lista de condiciones y exigencias políticas impuestas por los representantes domésticos de Santiago Abascal. El Partido Popular, Carlos Mazón y Vox son extraños compañeros de la trinchera política que no comparten y que, hasta ahora, les diferenciaban como adversarios que luchan por el mismo espectro electoral en cuya confrontación son competidores y adversarios. El PP, por proteger a Mazón, trata de escapar inútilmente de la sombra alargada de la Dana y Vox se aprovecha de la debilidad del presidente y del partido desnortado para imponer sus exigencias, en otras singladuras inaceptables por inhumanas, reaccionarias, antivalencianas y finalmente injustas. Un partido de Estado, homologado como europeísta en la Unión Europea, que quiere ser de centroderecha, con pretensiones de mostrarse como liberal, no puede aceptar las imposiciones de Vox por coherencia y por honorabilidad. Algunas de ellas se conocen por los globos sonda lanzados. Afectan a las imposiciones de Vox en materia de inmigración, de ecología, de la cultura en general y con la rebaja del presupuesto previsto de la Acadèmia Valenciana de la Llengua, por catalanista, El aumento, por contra, de la subvención a la secesionista Real Acadèmia de Cultura Valenciana, en sus tesis divergentes en materia lingüística de la academia estatutaria (AVL) creada durante el mandato de Eduardo Zaplana, padrino político de Mazón en el PP.

La misión del general

Lo importante no es ni la exigencia de la verdad ni el espectáculo denigrante de la desvergüenza del devenir político en les Corts y en la Generalitat Valenciana, donde gobierna el único órgano ejecutivo con un genera en la vicepresidencia, José Francisco Gan Pàmpols, para poner orden en la recuperación de las zonas devastadas. El presidente Mazón, quedó noqueado a consecuencia de la catástrofe, tal como reconoció su jefe, Feijoo. La presencia del general Gan Pàmpols ha generado el rechazo de Vox por considerarlo un “infiltrado” y lo castigan con una asignación presupuestaria ridícula –14 millones de euros– para el desempeño de su cometido. Este militar, que se considera ajeno a la brega política, debería plantearse qué hace con esta tropa, salvo que le comprometa una obligación inexplicable. Tan inexplicable como la desinformación sobre la ausencia del presidente Mazón durante las horas críticas que sucedieron con las avenidas de ríos y ramblas la tarde del 29 de octubre.

La verdad

La verdad se sabrá. Seguramente ya se sabe en las dependencias policiales, del servicio de escolta y seguridad, además de instancias gubernamentales de mayor envergadura. ¿Lo saben Feijoo y sus compañeros del Consell? Hay una razón para que no se filtre. La razón del implicado y su entorno para retrasar el conocimiento de la verdad y conseguir distanciar, la rabia y la furia, de los afectados y del pueblo valenciano de la cercanía de los hechos y las consecuencias en vidas y haciendas de los afectados. La razón contraria de quien sabe lo que ocurrió, donde y con quien estuvo el presidente Mazón y piensa que el deterioro electoral para el PP únicamente puede acrecentarse con el tiempo y con el remate final, cuando se constate la indecencia de la verdad cuando estalle. Se ha aventurado el cálculo perverso de que el Partido Popular piensa que su pérdida en votos se produce entre los damnificados que se encuentran en zonas afectadas de nivel económico bajo, donde no se sitúa mayormente su electorado. Asimismo, la aparente crisis que has trastocado las mayorías en el Ayuntamiento de València a cargo de dos tránsfugas que condicionan la estabilidad en el gobierno de la ciudad. Así se impide que la alcaldesa del PP María José Català pueda ser la alternativa más relevante para Carlos Mazón en la Generalitat mientras tenga que negociar constantemente las mayorías con el expulsado de Vox, Juanma Badenas – el vicealcalde-- y la concejala dimitida Cecilia Herrero, a los que les vincula su relación personal. Que hace más creíble el affaire.

En celo de poder

La ultraderecha está en celo de poder. Sabido es que desde que comprobada la debilidad del líder del Partido Popular , Alberto Núñez Feijoo, tras los pactos ignominiosos de la derecha española, de pretensiones liberales, con la extrema derecha de Vox en : Comunidad Valenciana (País Valenciano), Aragón, Castilla-León, Extremadura y la uniprovincial Murcia ,la credibilidad y el horizonte electoral del partido político que fundó Manuel Fraga Iribarne y tiene su sede en la madrileña Génova, 13, resultó mermada en la antesala de las elecciones de 2023 y prosigue hundiéndose de cara a 2027.El último paso en falso del presidente de la Generalitat Valenciana para entregar esta autonomía a las condiciones políticas que le exige Santiago Abascal para aprobar los presupuestos de la Dana en mayo de 2025, convierte al Partido Popular en rehén de la ultraderecha antiautonomista y antieuropea, por la huida hacia adelante del presidente, Carlos Mazón, que cesó en su cargo de facto el mismo 29 de octubre de 2024. Cuando la turbulencia de las aguas le pasó por encima y arruinó su fulgurante carrera política. Desde el zaplanismo hasta el alicantinismo visceral que ejerce contra todo vestigio de valencianidad.

Enemigos de Feijóo

El zigzagueante recorrido político de Carlos Mazón, que amenaza a Núñez Feijoo, comienza con su nominación para presidir el PPCV en una maniobra, con tintes murcianos, que se perpetró desde el entorno de Pablo Casado, cuando osó zarandear a la presidenta de Madrid, Díaz Ayuso. Con dos reuniones, una en Orihuela, capitaneada por el alter ego de Pablo Casado, Teodoro García Egea, asistido por el presidente de Murcia, el camaleónico Fernando López Miras e conspicuos miembros de la cristiandad del PP madrileño, Vicente Martínez Pujalte y José Manuel García Margallo. El segundo cónclave de confirmación, para encumbrar a Mazón a la presidencia de la Generalitat Valenciana, tuvo lugar en el chiringuito Flipper de la isla de Formentera donde repitió el murciano López Miras (próximo a Vox: nada de inmigrantes ni de pacto verde), el representante de Pablo Casado, García Egea y un nuevo protagonista, Manuel Broseta Duprèe, presidente de Conexus y comisionado del presidente de la Asociación Valenciana de Empresarios, Vicente Boluda Fos. Poco después Mazón fichó a otro miembro de la familia, Pablo Broseta, para dirigir la campaña electoral del PP en 2023.

Todo este barullo para evitar la salida inevitable de Carlos Mazón de la Generalitat ha degenerado en un escándalo mayúsculo en los círculos políticos. Amplificado desde la mayoría de medios de comunicación. Mientras, crece la afrenta de los valencianos por la ignominia en la que se ven envueltas las instituciones y las más altas autoridades que les representan. Los silencios, las lagunas, las mentiras, las exculpaciones, la ineficacia y la sinrazón en explicaciones que no pueden ser aceptadas por cualquier persona cabal, ha llegado a la algarabía parlamentaria. Al bajonazo de excluir al PSOE –segunda formación con más diputados– de la mesa de les Corts. Ha provocado la indignación de las víctimas de la Dana, de los afectados por las inundaciones, del resto de formaciones políticas de la oposición. Carlos Mazón ha conseguido que los valencianos, sus políticos y sus instituciones sean el hazmerreír del resto de España, con ineficiencias y cesiones que el pueblo valenciano – ricos y pobres– no puede perdonar jamás.

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