Los futuros 'Rodríguez de la Fuente' o cómo divulgar el comportamiento de los animales en el siglo XXI

El estudio del comportamiento animal siempre aporta curiosidades, muchas veces desconocidas para el gran público y, para llevar este conocimiento al alcance de todo tipo de personas, jóvenes estudiantes de Biología de Córdoba han puesto en práctica una manera de hacerlo a través de la red social Youtube, divulgando con vídeos de animales que ellos mismos graban, montan y editan, cómo es el comportamiento de distintas especies.

Son los Rodríguez de la Fuente del futuro o eso al menos es un objetivo de este proyecto que llevan a cabo alumnos de la asignatura de Etología de 4º curso de Biología: desarrollar sus capacidades de divulgación del conocimiento, de la ciencia, como parte del aprendizaje práctico en su materia. “El principal objetivo es que trabajen una competencia que cada vez tiene más importancia, como es la divulgación, que además es una posible salida profesional para ellos”, explica a Cordópolis, José Guerrero, profesor responsable de este proyecto de innovación docente en la Universidad.

Grabación sobre el terreno

El resultado han sido distintos vídeos colgados ya en Youtube con el rodaje hecho en el campo o espacios de la ciudad de Córdoba, donde se ven imágenes y se divulga cómo es el comportamiento de animales como las cigüeñas, las salamandras, las hormigas, las cotorras o las garzas. Y, en cada uno de ellos, los estudiantes muestran a cada especie en acción, a la vez que dan las claves de su comportamiento, con curiosidades distintas para captar la atención del público.

Por ejemplo, enseñan cómo los nidos de las cigüeñas pueden llegar a pesar 200 kilos y 'roban' material de alguno vacío para llevárselo al suyo; o que son carnívoras y comen pequeños vertebrados, insectos y anfibios, que cuidan su plumaje especialmente para volar largas distancias cuando migran y que son una especie monógama con una sola pareja.

O cómo las hormigas limpian sus antenas que son vitales para desenvolverse, cómo hacen sus hormigueros, cómo los defienden de elementos externos o cómo la jerarquía establecida en un grupo se ve en una hormiga transportando a otra que se ha 'saltado' su función.

También muestran con grabaciones de día y de noche la vida de las salamandras, con su llamativa piel negra y amarilla, como animales que funcionan como bioindicadores ambientales por su sensibilidad a contaminantes y la calidad de las aguas donde viven. O cómo pueden vivir hasta 30 años en libertad y 50 en cautividad, prefiriendo moverse noche para evitar la desecación de su delicada piel. Y así, suma y sigue con los vídeos dedicados a las cotorras, las garzas o los gorriones.

Curiosidades como estas son ejemplos de los conocimientos que divulgan estos estudiantes en sus vídeos. Es la primera vez que los estudiantes de Etología en la UCO realizan este tipo de actividad, que supone una práctica en su aprendizaje.

Pertrechados con cámaras con un zoom adecuado para poder grabar a los animales a distancia, ellos mismos han elegido las especies que querían grabar para estudiar y divulgar su comportamiento, haciéndoles un seguimiento sobre el terreno.

Seguimiento de especies

Y ellos mismos han seleccionado las zonas naturales donde grabar a cada especie: Sierra Morena en el caso de las salamandras, los Sotos de la Albolafia para ver a las garzas, han seguido a cigüeñas desde sus nidos a un vertedero donde sea alimentan o han grabado a las cotorras argentinas que pueblan algunos parques en la ciudad.

“Elegir las especies ellos mismos ha hecho que trabajaran más motivados, con su propio interés” en determinadas especies, señala el profesor. Han tratado de hacer así “un trabajo de divulgación científica, con el conocimiento científico que hay sobre esas especies, mostrando una información veraz, contrastada, y a su vez utilizando un lenguaje no tan técnico, sino más divulgativo para ser comprendido por el público general”.

La experiencia ha servido, asimismo, para que los estudiantes ganen en autonomía a la hora de hacer un trabajo de campo y, con ello, aprendan in situ el conocimiento que la observación de los animales les ha proporcionado.

Esa práctica sobre el terreno va más allá de la teoría vista en clase de Etología, de manera que han adquirido habilidades para ser capaces de divulgar su conocimiento en un formato adaptado al uso de internet y las redes sociales del siglo XXI.