Los actores de figuración envían una carta a Urtasun para explicarle su precariedad: “En nuestro sector impera el miedo a significarse”

“Uno de mis grandes objetivos es que la cultura deje de estar asociada a la precariedad laboral”. Esta fue una de las afirmaciones con las que el ministro de Cultura Ernest Urtasun respondió a elDiario.es, al ser preguntado por cuáles eran sus planes para mejorar las condiciones de los trabajadores del sector. El responsable explicó que, para ello, seguiría “desplegando con toda la fuerza el marco del Estatuto del Artista”. Sus palabras no pasaron desapercibidas para la Asociación Profesional de Actores de Figuración (APAF), que le ha escrito una carta abierta, a la que ha tenido acceso este periódico, para detallarle cuál es su casuística y pedirle que sean tenidos en cuenta en la elaboración del documento.
“Queremos decir que existimos, que nuestras condiciones no son las apropiadas y que el convenio se incumple constantemente. No es un ataque al ministro, es una llamada de atención a nuestra situación. Damos un grito para que desde arriba sepan que existimos”, aclara Juan Aguilar, vocal de la APAF, a este medio. En su comunicado reivindican que ser actor de figuración es una profesión, “en demasiadas ocasiones denostada” y que no ha sido reconocida por “ningún presidente de la Academia de Cine”, ni “digna de ser mencionada en ningún evento” del sector.
“No parece que existamos. Se podría decir que a veces nos hacen sentir como si fuéramos el lumpen de la industria audiovisual”, lamentan en el escrito. elDiario.es se ha puesto en contacto con el ministro de Cultura, que remite igualmente a las palabras que dijo en su entrevista con este periódico: “Estamos trabajando en el marco del Estatuto del Artista”. También destaca entre los “avances de la legislatura pasada y esta” se encuentra la aprobación de la reforma del IRPF que contempla la intermitencia de los trabajadores de la cultura.
En el texto de APAF reivindican que son un “colectivo muy numeroso” y que, pese a haberlo “solicitado a la Seguridad Social”, carecen de “epígrafe definido en la Agencia Tributaria”. Su estimación se sitúa en torno a las 30.000 personas a nivel nacional.
No es un ataque al ministro, es una llamada de atención a nuestra situación. Damos un grito para que desde arriba sepan que existimos
También hacen referencia su definición en el aún proyecto de Estatuto del Artista, que lleva años siendo una de las grandes reivindicaciones del sector cultural. En él se especifica que son “trabajadores de obras audiovisuales que recrean con su presencia un ambiente o una escena, sin ningún peso específico o incidencia en la acción, que contribuyen a la autenticidad global y a la atmósfera de dicha escena careciendo de texto alguno. No obstante, será lícito que los figurantes ayuden en la generación de ruidos, gritos y murmullos de muchedumbres y/o los cantos y rezos en coro”.
Desde APAF aseguran que esta definición está “muy lejos de la realidad”. “Constantemente realizamos tareas que precisan de habilidades (por ejemplo, llevar una bandeja) o de conocimientos (por ejemplo, conducir)”, explican sobre acciones que “no están recogidas” en la que describen como “desfasada” definición. Este es precisamente uno de los mayores problemas a los que se enfrentan, ya que “tanto las agencias de selección como las productoras” de las películas y series en las que aparecen, “negocian el valor de esas tareas”. Esto implica que su salario, que describen como “pecuniario”, queda “al albur de cada negociación” o incluso, de la “generosidad” del proyecto.
“Una vez más se ha aplazado la mesa de negociación en nuevas tarifas”, critica su vocal, Juan Manuel Aguilar, que asegura que “cada día” se rigen bajo “una distinta”. Del mismo modo, critica que, se decida lo que se decida, “nunca será con carácter retroactivo”, y “dirán solo afectará a los proyectos nuevos”, con su consecuente pérdida de capital. Además, señalan que nunca son invitados a esta mesa de negociación: “Se ha aplazado sin contar con nuestra voz. Una vez más, nuestra subida se demora”.
Un convenio desactualizado
Contar con un nuevo convenio –el actual data de 2016– es una de las reclamaciones por las que llevan tiempo luchando. En él, entre otras carencias, no se especifica el “suplemento por nocturnidad”, lo que conlleva a que no se les esté pagando y que “incluso, en muchas ocasiones”, tengan que “pelear” para que ese les “abone el incremento por haber trabajado un día festivo”.
En el comunicado, en el que aseguran que no quieren “aburrir” al ministro con su situación, añaden “algunos esbozos” sobre el “incumplimiento” de su convenio: “Hay contratadores que no nos abonan las nóminas hasta mediados del mes siguiente, existen jornadas extensas no incluidas en el contrato, en ocasiones tenemos zonas de descanso inexistentes, o hemos de comer en la calle, etc.”.
Desde APAF cierran la carta planteando un interrogante que podría surgirle a Ernest Urtasun tras leer su texto: “¿Y, si son tantos, por qué no actúan?”. “La respuesta es simple: porque en nuestro sector impera el miedo a salirse del tiesto, a significarse y, como se dice en nuestro colectivo, a ser marcado, a que te hagan la cruz, y a no ser contratado de nuevo, muchas veces en base a criterios más viscerales que profesionales”, replican. Por último, piden que, en la intención del ministro de abordar la precariedad en el mundo de la cultura, se “acuerde de los actores y actrices de figuración”. “Estamos todos aquí, a la espera de señales que mejoren nuestra situación”, concluyen.
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