El 61% de los colegios vascos no ha regulado el uso de móviles entre el profesorado, según un informe

En la práctica, todos los centros escolares en Euskadi tiene “regulado” de una u otra manera el uso de teléfonos móviles y relojos inteligentes. En muchos casos la decisión ha sido la prohibición total de estos aparatos. Pero el 61% no ha realizado ese mismo debate para el caso del profesorado. Y solamente el 24% ha fijado pautas de uso para el resto del personal. Estos datos constan en un informe enviado al Parlamento Vasco por la consejera de Educación, Begoña Pedrosa, en respuesta a preguntas de Lore Martínez Axpe, que habitualmente hace seguimiento de temas tecnológicos dentro del grupo de EH Bildu.
Explica Pedrosa que, “con carácter general, el uso de teléfonos móviles y relojes inteligentes por parte del alumnado queda regulado al 100%”. “Es decir, en todos los centros se establecen usos concretos y limitaciones. En el caso del profesorado está regulado en el 39% de los centros y en el caso del resto de profesionales lo está en el 24% de los centros”, señala la titular de Educación.
Aunque se lleva tiempo discutiendo sobre el papel que han de tener estos aparatos en las aulas, el documento de Pedrosa hace un resumen del estado de las cosas ahora mismo en Euskadi. Técnicamente, son el 98,95% y no el 100% de los centros educativos los que han adoptado una regulación, como les pidió la Administración en vez de imponer unas directrices generales. Es una política diferencial a la de otras comunidades autónomas, que han fijado desde arriba los reglamentos. El resto hasta ese 100% son centros de adultos, tanto EPA (Educación Para Adultos) como EOI (Escuela Oficial de Idiomas), puntualiza Educación.
Constata la Administración que “las tendencias en la regulación” varían en función de las diferentes etapas, con más manga ancha conforme más mayores son los estudiantes, a la luz de las estadísticas. También hay matices entre redes, con diferencias en función de si son colegios públicos o concertados. En cifras, en Primaria un 83% se ha inclinado por la prohibición “absoluta” y apenas un 14% abre la puerta a su uso pero únicamente “con fines pedagógicos”. Por redes, la proporción de colegios libres de pantallas es algo más alta en la pública. Asciende al 90%. Baja al 72% en colegios privados concertados. Hay catorce centros que plantean excepciones para actividades “complementarias” o en extraescolares, cuatro públicos y diez concertados.
En el primer ciclo de Secundaria (alumnos de 12 a 14 años), la prohibición baja al 36% en los institutos públicos y se queda en el 47% de los concertados. En el 53% de los centros públicos no se permite su uso en horas lectivas salvo que sea con fines pedagógicos. Otro 11% ha diseñado otras reglas con excepciones tasadas. En el caso de los concertados, un 37% sí permite el uso educativo en horario lectivo y un 16% tiene normativas diversas, abriendo la puerta a su empleo en el comedor o en los recreos en algunos pocos casos. En el segundo ciclo de Secundaria (de 14 a 16 años), el 25% de los públicos y el 38% de los privados se inclinan por la prohibición “absoluta”. El 51% y el 39% aceptan los fines pedagógicos, respectivamente. El resto regulan excepciones para el patio, las extraescolares o el comedor.
En el Bachillerato, en función de la red, el 23% y el 29% de los institutos vetan móviles y relojes inteligentes, respectivamente. Hasta 128 centros de ambos tipos plantean excepciones. Algunos de los estudiantes ya pueden ser mayores de edad en esta etapa, particularmente en los últimos meses del segundo curso. En la Formación Profesional, también con parte del alumnado mayor edad, apenas un 4% de los públicos y un 12% de los privados se inclina por el 'no' rotundo a esta tecnología. La mayoría (65%) en la red pública la incorpora cuando tiene una utilidad práctica en la enseñanza. Muchos regulan excepciones en horas de descanso o de comedor.
Indica Educación que el 100% de los centros ha contado con el profesorado para el diseño de los nuevos reglamentos sobre móviles. Por redes, en la pública en el 39% de los casos no se ha llamado a las familias y en el 69% no se ha preguntado al alumnado. En lo tocante a la concertada, el 52% de los colegios no ha estimado relevante compartir la regulación con las familias y el 64% ha hecho lo propio con los estudiantes. “Todos” los colegios vascos, sostiene Pedrosa, han establecido “canales de difusión” para difundir esta información, sea cual sea su sentido, entre su comunidad escolar.
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