Siria establece la unidad del país en su constitución para la transición tras las matanzas sectarias

Siria ha dado un paso más en el proceso de transición a la democracia desde el colapso del régimen de Bashar Al Asad, el 8 de diciembre de 2024, con la adopción de una declaración constitucional que servirá de carta magna durante los próximos cinco años. Este importante hito tiene lugar pocos días después de la mayor ola de violencia que ha sacudido el país en los pasados tres meses y que ha puesto en duda que las nuevas autoridades de Damasco sean realmente inclusivas.
Este jueves, el nuevo presidente del país, Ahmad Al Sharaa, ha firmado la declaración constitucional que le ha sido entregada por la comisión encargada de redactarla, que se ha basado en las recomendaciones y principios del llamado Diálogo Nacional Sirio, celebrado a principios de mes. El líder islamista –cuyo pasado radical ha puesto en duda su aptitud para gobernar a todos los sirios– ha deseado que esa declaración represente “una nueva historia para Siria en la que reemplacemos la ignorancia por el conocimiento y el sufrimiento por la misericordia”, según la agencia de noticias oficial SANA.
La declaración fija en cinco años la duración de la etapa transitoria, después de la cual Siria adoptará una constitución definitiva. La religión oficial del país sigue siendo el islam y la ley islámica es la fuente de derecho (algo habitual en los países de la región con mayoría musulmana). También garantiza el “compromiso del Estado con la unidad del territorio y su gente, y el respeto de las particularidades culturales” existentes en el país, un punto muy importante después de los incidentes sectarios que tuvieron lugar la semana semana en la costa mediterránea de Siria, que causaron cientos de muertos civiles –más de 800, según los últimos datos de la Red Siria para los Derechos Humanos–.
La violencia sectaria de los pasados días ha puesto en evidencia la difícil tarea de integrar a todos los grupos étnicos y religiosos en la nueva Siria, incluida la minoría alauí –secta del islam vinculada al régimen de Al Asad, que teme ser discriminada en la actual etapa–.
Aparte de las diferentes etnias o culturas, la declaración constitucional también “garantiza el derecho de las mujeres a la educación y a la participación en el trabajo, y a los derechos políticos”, una de las cuestiones exigida por la sociedad civil siria y también por la comunidad internacional.
El texto también establece la separación de poderes y “la importancia de los jueces, sus decisiones y su independencia”. La Asamblea Popular (el Parlamento), que bajo el régimen de los Al Asad era un órgano sin poder en el que no había oposición real, asumirá el poder legislativo y supervisará la Presidencia de la República, cuando pase la etapa transitoria. Si bien el sistema de gobierno seguirá siendo presidencial, el jefe del Estado no estará por encima de todos los demás poderes ni será intocable.
“Elegimos un sistema político que adopta una separación completa de poderes”, ha explicado uno de los miembros de la comisión que ha redactado la declaración en una rueda de prensa en Damasco, según SANA. Ha añadido que el objetivo es que el sistema político camine por “una verdadera vía constitucional”, por lo cual la comisión recomienda “la introducción de una constitución permanente” después de esta etapa transitoria. La declaración establece que se creará una comisión para redactar la nueva carta magna. Asimismo, Abdelhamid Alawak ha señalado que los anteriores textos constitucionales de Siria estaban al servicio “del dictador”, mientras que ahora las instituciones estarán supervisadas por el pueblo.
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