Adiós a una librería de barrio con 38 años en Chamartín: “La supervivencia ha sido muy difícil”, aseguran en Romo
Cada vez que un negocio local echa el cierre en Madrid los barrios se apagan un poco más. Esta vez le ha tocado a la Papelería Librería Romo, en Prosperidad. Gemma, su dueña, ha decidido poner punto y final a su trayectoria como librera en este pequeño local del número 64 de la calle Luis Cabrera que lleva abierto desde 1985.
Después de “muchas noches sin dormir”, el pasado 13 de enero informó a través de su página de Facebook de la triste noticia: “Librería Romo cierra sus puertas después de 38 años abierta”. Las ventas online, los bazares, las grandes superficies y los colegios que venden libros y material escolar han provocado un importante descenso en las ventas de la librería desde hace unos años y estos últimos meses “la supervivencia ha sido muy difícil”.
Gemma entiende que competir con este tipo de negocios en su posición es muy difícil. “Todo está cambiando, a la gente le gusta mucho comprar por internet y al final llevo dos años arrastrando dedudas y creo que es el momento de parar porque no va a ir a mejor”, explica en conversación con Somos Madrid. Sin embargo, a pesar de que es realista, le apena profundamente tener que dar este paso al que se ha visto abocada por la grave situación económica que sufre actualmente la librería.
Los vecinos también han recibido la noticia con mucha tristeza. “La tienda, además de ser un negocio, es un punto de encuentro para amigos, vecinos y clientes que siempre entran a saludar o a charlar, lo que hace que los negocios de barrio se conviertan en grandes familias gracias al trato personal y cercano”, contaba en el comunicado publicado en sus redes sociales. Desde que informó del cierre, sus clientes más fieles no han dudado en pasar por Romo para dar su apoyo a Gemma: “Está viniendo mucha gente a darme las gracias, a darme un abrazo, a darme un beso. Y con eso es con lo que me quedo”.
El cierre definitivo llegará a finales de febrero, pero hasta entonces, durante las próximas semanas, tiene pensado liquidar todos los libros y el material de papelería rebajando sus precios todo lo posible para poder recuperar algo de la deuda que ha ido acumulando estos últimos meses. En cuanto a su destino laboral, Gemma todavía no sabe qué hará. “Cerrar un negocio es muy complicado, necesito tiempo para dejarlo todo bien atado. Cuando todo esté gestionado me buscaré un trabajo, si es una librería, bien, si es en una oficina, pues mejor. Estoy abierta a todo”, cuenta.
Durante casi cuatro décadas la librería ha sido un lugar de culto donde padres e hijos acudían cada verano a reservar los libros de texto del curso siguiente, una tienda con “un bendito desorden de cuadernos, bolígrafos y libros por todas partes”, tal y como señala su dueña. Romo ha sido un espacio de encuentro entre generaciones, donde los Cuadernos Rubio han convivido con los clásicos de la literatura universal y los best seller del momento.
Con su despedida, Gemma no solo quiere poner fin a una etapa, también quiere sentar cátedra para evitar que otras tiendas locales como la suya no tengan que verse obligadas a echar el cierre. “No dejemos que los negocios pequeños desaparezcan porque son los que dan vida al barrio”, advierte. Como comerciante y vecina de Prosperidad, en el distrito madrileño de Chamartín, ve cada día como la estampa se repite y solo pide una cosa: “Que la gente siga comprando en los comercios del barrio”.
0