El Gobierno de Almeida evita las talas previstas en la plaza Luna y minimiza los trasplantes por las obras de su parking
El Ayuntamento de Madrid ha cambiado su forma de abordar algunas obras de reforma que afectan al arbolado. En lugar de fijar un número de ejemplares talados de antemano como hacía antes, ahora estudia y decide los que debe retirar para acometer los trabajos sobre el terreno, en el momento de arrancar los trabajos.
El área de Urbanismo, Medio Ambiente y Movilidad lo ha hecho ya en el parking de Colón, cuyo concurso de explotación no incluye listado de talas previstas. Y ha aplicado esta filosofía en el parking de Santa Anta, donde hace unos días comenzó su remodelación y las talas se redujeron de 29 a 5 ejemplares.
En Santa Ana había muchos focos mediáticos gracias a la fuerte presión vecinal que habitantes de la zona y colectivos del movimiento No a la tala ejercieron durante meses para minimizar las afecciones al arbolado. Pero en otra plaza con menos atención mediática pero también céntrica, la de María Soledad Torres Acosta (más conocida como Luna), el Gobierno de Almeida ha seguido el mismo criterio.
Allí estaba previsto que fueran talados 9 árboles de los existentes y otros 8 fueran trasplantados. Pero los castaños de Indias y aligustres que estaban marcados en el proyecto adelantado por Somos Malasaña finalmente serán muchos menos: el Ayuntamiento no ha talado ninguno y ha decidido finalmente trasplantar nueve a otros lugares.
Los árboles trasplantados son los que se quedaron dentro del perímetro de obras y han permanecido protegidos con tablones durante los primeros meses de unos trabajos que arrancaron en medio del verano. El cuidado con el que se ha abordado esta obra dista mucho del criticado “arboricidio” de la plaza del Carmen, que tuvo lugar a finales de 2022 y que acabó con muchos ejemplares de gran tamaño talados.
Los grupos vecinales que protestan contra las talas recuerdan que una cantidad significativa de los árboles trasplantados no llegan a arraigar en su nueva ubicación y según los propios cálculos municipales “un 30% de los árboles trasplantados no sobreviven”.
El parking de Luna-Tudescos vive en paralelo a estas obras un proceso burocrático para expulsar a los cuatro comercios que siguen resistiéndose a cesar su actividad en locales ahora propiedad del Ayuntamiento, donde llevan seis meses sin contrato alguno ni abonando ninguna cantidad por su alquiler. Su salida es necesaria para que el consistorio decida el futuro de los 10.000 metros cuadrados de oficinas en los dos edificios que estuvieron asociados a la anterior concesión del parking y que ahora esperan destino público.
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