Lo que no debes hacer si quieres conocer París
¿Estás planteándote viajar a París? Tal vez lo que quieres ver es la Torre Eiffel, el museo del Louvre o Sainte Chapelle, pero antes de que vuelvas decepcionado sin tener una verdadera razón, tienes que evitar un grave error en tu itinerario.
Estos lugares turísticos más famosos son paradas obligadas en tu viaje a Francia, sin embargo, lo ideal es no limitar tu planning a visitarlos. Y mucho menos hacerlo en un mismo día. ¿El motivo? La ciudad está repleta de rincones interesantes menos conocidos que solo podrás descubrir si te sumerges en su historia en profundidad y conectas con su esencia.
Historia, arte y cultura se esconden detrás de algunas zonas de París que solo se pueden disfrutar si distribuyes tus visitas en, al menos, tres o cuatro días, y organizas tus rutas previendo tiempos que permitan explorar cada lugar desde todas sus perspectivas. El objetivo es no saturar cada día porque cualquier paseo puede ser una experiencia reveladora en la capital francesa.
¿Cómo aprovechar bien el tiempo?
Un tip muy útil para no perder tiempo y evitar imprevistos es comprar las entradas online a los principales atractivos turísticos, así no habrá problema con las largas colas y te aseguras poder verlo todo.
Pero lo más importante para aprovechar bien el viaje es tener en cuenta los tiempos de los desplazamientos. Lo principal es organizarlo todo en función de la proximidad de cada sitio y estimar cuánto se perderá en llegar a cada lugar. Sin embargo, no cabe ser inflexible con los tiempos en cada una de las rutas, sino que lo mejor es disfrutar explorando cada espacio.
Optar por el transporte público permite poder controlar los horarios y ahorrar tiempo en los traslados entre las distintas zonas. Y tampoco deberías descartar un buen madrugón.
Lo que no sabías de París
Por si no lo sabías, Monet, Cézanne o Renoir te esperan en el Museo de la Orangerie (Jardínes de las Tullerías) en un lugar poco concurrido con gran encanto. Y para los amantes de la arquitectura, la Iglesia de Saint-Sulpice, que apareció en El Código Da Vinci, es una buena opción por sus frescos y su aestilo barroco.
El arte es el protagonista del Museo Marmottan Monet, con muchas de las obras más representativas del pintor. Y la columna vertebral de la ciudad, por su contenido y por su estructura en vidrio, la encontrarás en la biblioteca Sainte-Geneviève.
“París es una ciudad que debe ser saboreada lentamente, calle por calle, museo por museo, y monumento por monumento”, así lo dice Lonely Planet, una de las guías de viaje más reconocidas del mundo, y así es como deberíamos conocerla.
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