El cortijo de Almería que inspiró 'Bodas de sangre' avanza hacia su reapertura: “Si se improvisa será otra infraestructura vacía”

“La sangre corría más fuerte que el agua”, llegó a escribir Federico García Lorca en su obra 'Bodas de Sangre' para explicar, en tan solo unas palabras, el drama real que inspiró la historia que tuvo lugar en El Cortijo del Fraile a principios del siglo XX. Un edificio emblemático para la cultura de nuestro país, ubicado en Níjar (Almería), que ha pasado demasiadas décadas entre el abandono de los conflictos administrativos, pero que ahora, al fin, empieza a definir su futuro de la mano de la Diputación. El ente provincial, que adquirió el inmueble y el entorno en 2022 por 1,95 millones de euros, acaba de iniciar el Plan Director que lo rehabilitará.
Palpitando la historia por la que este cortijo saltó a la lúgubre fama de ser un escenario de tragedia, El Cortijo del Fraile ha estado tantas veces a punto de desaparecer por completo -aún se encuentra en estado ruinoso- que el hecho de que la Diputación de Almería se hiciese con su propiedad hace dos años y empiece a trabajar ahora en su plano cultural para muchos es casi un milagro. Hace no tanto tiempo, cuando el cortijo y el entorno en el que se sitúa se encontraban en manos privadas, parecía que el lugar en el que se inspiró Lorca acabaría abandonado para siempre pese a la importancia cultural y social que ostenta.
No en vano, en julio de 1928, en este mismo cortijo, ocurrió un suceso que sacudió a la sociedad de la época: el llamado Crimen de Níjar. Francisca Cañadas, una joven que estaba obligada a casarse con un hombre al que no amaba, decidió fugarse con su verdadero amante, Francisco Montes. Sin embargo, su primo, José Pérez, le dio caza y disparó contra su acompañante, matándolo en el acto y dejando malherida a la novia. Este suceso inspiró a Lorca para escribir 'Bodas de sangre', transformando el drama original en una de las obras más conocidas de nuestra literatura, que el propio Federico pudo ver plasmado en un libro en vida. Al igual que Lorca y en el mismo periodo de tiempo, Carmen de Burgos también llevó la historia a su obra 'Puñal de Claveles'.
Ahora, el Plan Director del Cortijo del Fraile es la hoja de ruta que definirá las intervenciones necesarias para consolidar su estructura, restaurar sus elementos arquitectónicos y establecer un uso cultural para el edificio. La Diputación de Almería sostiene que la rehabilitación se hará en varias fases, priorizando la conservación del estado actual para evitar más derrumbes, antes de acometer una recuperación integral que permita su uso público. Entre los objetivos se encuentran la estabilización de muros y cubiertas, la mejora del acceso al recinto y la adaptación de algunos espacios para eventos culturales y visitas guiadas. Pasos esenciales para que esta edificación se consolide como un eje cultural de Almería.
Pero más allá de lo artístico, el enclave en el que se levanta le otorga aún más valor. Ubicado en la caldera de un antiguo volcán, el terreno que rodea el Cortijo del Fraile es fértil gracias a su origen geológico. Durante siglos, su suelo volcánico permitió el desarrollo de cultivos y el mantenimiento de una gran explotación agrícola. Y es que su valor territorial no solo reside en su historia, sino en su conexión con el entorno natural del Parque Natural de Cabo de Gata, un espacio protegido de gran valor ecológico y paisajístico. “Este no es solo un edificio aislado, sino un enclave que ha estructurado el territorio durante siglos”, explica el geógrafo Rodolfo Caparrós, uno de los mayores expertos en el cortijo y en el entorno. “No entender su contexto es condenarlo a ser un decorado vacío”, avisa.
Entre el abandono y el conflicto institucional
Desde su construcción en el siglo XVIII por la Orden de los Dominicos, el Cortijo del Fraile ha sido una explotación agrícola hasta la desamortización de Mendizábal en el siglo XIX, cuando pasó a manos privadas. Pero su historia reciente ha estado marcada por el deterioro y el desinterés de las administraciones. En 1996, la empresa Agrícola Mar Menor compró el cortijo sin interés alguno por su historia cultural, pese a que no solo inspiró 'Bodas de Sangre' de Lorca, sino que en él se rodaron películas de Hollywood como 'El Bueno, El Feo y el Malo'. Así aparece recogido en un informe pericial de dichos propietarios al que ha tenido acceso este medio.
“La empresa que lo compró en 1996 no tenía ningún interés en él, solo en los terrenos agrícolas. Ni lo mantuvieron ni lo destruyeron, simplemente lo ignoraron”, explica el arquitecto Eusebio Villanueva Pleguezuelo, autor de dicho informe pericial sobre el estado del edificio. Sus propietarios no hicieron nada por él, pero desde el plano institucional tampoco se tomaron medidas. En 1998 intentaron vendérselo a la Junta de Andalucía, pero esta rechazó la compra para no asumir los costes de conservación. Mientras tanto, el cortijo seguía cayéndose a pedazos.
En 2011, la Junta de Andalucía lo declaró Bien de Interés Cultural (BIC), lo que significaba que su conservación quedaba bajo protección legal. Pero, en lugar de suponer un impulso para su rehabilitación, el conflicto creció: el Ejecutivo regional exigió a la empresa que lo rehabilitara, pero la propiedad respondió que su única obligación era mantenerlo en su estado actual. “Cuando la Junta de Andalucía lo declaró BIC, de repente todo el mundo empezó a preocuparse por él, pero nadie quería asumir la responsabilidad de su conservación”, recuerda Villanueva. El conflicto legal se alargó durante años, entre sanciones, informes y planes que nunca llegaron a ejecutarse.
Mientras tanto, el cortijo se convirtió en un símbolo del abandono del patrimonio andaluz, a pesar de las reivindicaciones de asociaciones culturales y ecologistas. Por eso, ahora, en pleno inicio del Plan Director, voces como la de Rodolfo Caparrós cobran tanta importancia porque ponen en el foco el valor del cortijo, que va más allá de Lorca: “Es un activo territorial que combina historia, paisaje, literatura, antropología y cine. El problema es que cada sector lo valora de forma aislada. Los literarios lo ven como lorquiano, los cinéfilos como un plató, pero nadie entiende que es un patrimonio complejo que debe gestionarse de forma integral”.
Las dudas sobre su futuro
De ahí que el papel de la Diputación de Almería, que compró el cortijo en 2022, tenga que pasar por hacer un proyecto coral. “La recuperación del Cortijo del Fraile es un hecho histórico que permitirá recuperar un referente icónico del patrimonio almeriense para el disfrute de todos los ciudadanos y visitantes”, sostienen desde Diputación. Mientras que la Junta de Andalucía también celebra este paso: “El Gobierno andaluz siempre tendrá la mano tendida para trabajar de la mano de las administraciones en proyectos que engrandezcan nuestra tierra, y la restauración del Cortijo del Fraile es uno de ellos”. Las dudas sobre en qué se convertirá este lugar se mantienen.
Sobre todo porque antes de iniciar el Plan Director, la Diputación preguntó a Cultura si se podía convertir en un Museo Provincial del Cine, sin haber hecho estudios previos ni haber consultado a expertos, según explica Rodolfo Caparrós a este medio. Algo que para el geógrafo es preocupante: “El cortijo ya es público, pero eso no lo convierte en colectivo. La Diputación lo está gestionando como un bien privado suyo, sin abrir un debate real sobre su uso”.
El riesgo, según advierte el urbanista, es que el proyecto se convierta en un plan unilateral sin la participación de otros actores clave. “No se ha hecho una convocatoria pública para definir su futuro y eso puede acabar convirtiéndose en un problema. Un patrimonio así solo tiene sentido si la sociedad lo siente como suyo”. Caparrós defiende que el cortijo debe contribuir a solucionar problemas estructurales del Parque Natural Cabo de Gata, como la estacionalidad del turismo y la falta de formación en el sector cultural y turístico. “Podría albergar actividades de capacitación para mejorar la oferta local, fomentar la investigación sobre historia, paisaje, literatura y cine”, propone.
Pero advierte de que rehabilitar el cortijo sin un modelo de gestión sostenible es repetir errores del pasado. “Lo que no podemos hacer es restaurar para la foto. La historia está llena de proyectos patrimoniales que se han recuperado solo para dejarlos morir otra vez”, critica. Por ahora, el Plan Director de Diputación es la única certeza de que El Cortijo del Fraile volverá a la vida. En lo que se convierta en el futuro permanecerá siendo una incógnita.
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