El Tenerife no da para más

Aarón corta ante Isma Ruiz

José Miguel Galarza

Santa Cruz de Tenerife —

0

El Córdoba y su dinamismo acabaron con otro puñado de los escasos motivos del Tenerife y del tinerfeñismo para creer en la permanencia, cada día un poco más ilusoria, cada vez más cerca de un último tercio de temporada que se adivina trágico entre esto y lo que rodea a la institución y sus dueños.

Obligado a ganar, el representativo tropezó este sábado con sus carencias –las conocidas y algunas de las que Cervera había conseguido olvidar– y sobrevivió mientras la pierna izquierda de Luismi Cruz dio sentido a las pelotas que puso en el área. Cuando el técnico lo sentó, ya andaban los suyos, desnortados, en un quiero y no puedo tan elogiable como estéril.

Cervera regresó a su once más previsible para atender la enésima cita a todo o nada. Recuperados Gallego y Waldo sus sitios habituales, Diarra jugó como enganche con el delantero centro y Luismi a pie cambiado por delante de Mellot. Aun ausente Aitor Sanz –salvo en el corrillo motivacional tras el calentamiento–, el medio centro se quedó para Fabio y Bodiger.

Enfrente, el Córdoba apostó con gusto por un partido de vueltas en espacios reducidos, siempre más cómodo tratando de coger la espalda al Tenerife que esperándolo aculado. El grupo de Iván arriesgó con éxito tirando la línea más cerca del medio campo que de su portero y con eso –y la brega de Sintes con Gallego de la que siempre salió reforzado el central salvo una que cazó Enric naciendo la segunda parte– se ahorró metros de conducción en lo comprometía con Adilson y Jacobo.

En una de esas fue madurando Jacobo la venganza por su magra temporada de blanquiazul y el 0-1 tempranero del Córdoba, un corte al que llegó tarde Bodiger, una superioridad de Ortiz cayendo liberado por la izquierda y un remate ensuciado del gallego que se comió Badía, cada vez más parejo al nivel de errores del equipo.

El Tenerife recuperó su sitio con el fruto de la estrategia a balón parado obrada por Cervera (el 1-1) y la rentabilidad que nace de los balones bien puestos al área (el 2-2). Para lo uno y lo otro, la magia de Luismi Cruz, que ha cambiado remates propios por definiciones ajenas. Antes un córner endiablado tirado al palo corto para que León se anticipara a la salida medrosa de Marín. Luego, el caramelo al área de meta del que sacó provecho Diarra para poner en ventaja a los suyos en el ocaso del primer acto.

Pero no contaba el Tenerife con que el Córdoba sacara partido de los cinco minutos extras de la primera parte, un tiempo normalmente insulso salvo para equipos como el Córdoba, con instinto para sacar petróleo de la mínima concesión que pudiera hacerle el Tenerife, ahora otra caída de Jacobo por el flanco de David para decidir sin nadie que lo encimara si la ponía hacia atrás o en paralelo al palo largo de Badía con un globito manso que cazó de cabeza –liberado y casi en la línea de gol– Pedro Ortiz en lo que Sergio defendía la acción medio metro dentro de la portería.

Con el 2-2 y medio partido por consumirse, el Tenerife se cayó de golpe, rendido a jugar al ritmo del Córdoba y a lo que el Córdoba quiso. Le negó los espacios por dentro, defendió en superioridad las golopadas de Waldo mientras le duró el resuello y volvió a agarrarle repetidamente con los despliegues de Jacobo a un lado o el ratoneo de Adilson al otro.

Fuera esto o aquello, de paso desordenó al Tenerife –ya definitivamente perdido el medio juego, con Fabio desconectado de la conducción y Bodiger dudando a dónde ir a tapar– y fue avisando en nada de la tragedia con un remate duro de Casas anticipándose al cruce de Sergio (m.50) y otro librado del recién entrado Maguna (m.67), un descontrol de marcas en el área que se reveló del todo con la tercera aparición decisiva de Jacobo tras un saque de banda prolongado que Mellot terminó de acercar a la hoya con un rechace hacia atrás y definió aprovechando el cuerpeo blando de David y la enésima indecisión del portero, clavado en la línea.

Con doce y un alargue de otros cinco para reducir el daño al menos a un empate, el Tenerife ya estaba noqueado, sin alguien que igualara el talento en el pase de Luismi más allá de la voluntad que le echaron Aarón y Teto, un ejercicio de tinerfeñismo de agradecer. Agotados los esfuerzos y los argumentos, le quedó hasta un remate a Diarra (m.90+3) que no embocó por nada con el portero batido. El corolario avisa de lo que vendrá como en cada época negra: cinco canarios en el once que acabó esta noche, no por casualidad cuando decide Cervera.

(2) CD Tenerife: Edgar Badía; Mellot, José León, Sergio González (Juande, m.60), David Rodríguez; Luismi Cruz (Maikel Mesa, m.54), Bodiger (Teto, m.72), Fabio (Aarón, m.54), Waldo; Diarrá y Enric Gallego (Jorge Padilla, m.72).

(3) Córdoba CF: Carlos Marín; Isaac, Xavi Sintes, Marvel, Albarrán; Ismael Ruiz, Pedro Ortiz (Magunazelaia, m.65), Álex Sala (Teo Zidane, m.80); Jacobo (Obolskiy, m.84), Antonio Casas (Ander Yoldi, m.80) y Adilson (Calderón, m.84).

Goles: 0-1, m.5: Jacobo. 1-1, m.9: José León. 2-1, m.42: Diarra. 2-2, m.45+2: Pedro Ortiz. 2-3, m.78: Jacobo.

Árbitro: Eder Mallo Fernández (Comité Territorial Vasco). Amonestó a los locales David Rodríguez (m.32), Fabio (m.51) y Bodiger (m.67), y a los visitantes Ismael Ruiz (m.87), Carlos Marín (m.88) y Ander Yoldi (m.89).

Incidencias: Partido de la vigésimo séptima jornada de LaLiga Hipermotion disputado en el estadio Heliodoro Rodríguez López ante 12.572 espectadores.

Etiquetas
stats