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Hyundai Kona Hybrid: casi tan bueno como un Tucson

El nuevo Kona exhibe un aspecto moderno y 'tecnológico'.

Pedro Urteaga

La metamorfosis del Hyundai Kona, cuyo nuevo look conocemos desde hace menos de dos años, fue debida a dos decisiones de la marca coreana. La primera, intentar acercarlo estéticamente a su gran superventas, el Tucson; la segunda, hacerlo más coche una vez que su gama se había poblado por abajo con la llegada del Bayon. El resultado no es otro que un SUV que ya bordea los 4,35 metros de largo, mucho más capaz en términos de espacio interior y de carga y que, dicho llanamente, recuerda más al Tucson que al Kona que fue.

Lo primero que llama la atención del nuevo modelo es, como decimos, que proporciona una habitabilidad mucho mayor, y el maletero es directamente de otro planeta al cubicar ahora 466 litros (y 493 la versión eléctrica), lo que supone más de 100 litros de ganancia. Para ser perfectas, creemos que las plazas traseras tendrían que disfrutar de unas puertas más grandes y con más ángulo de apertura, como las que tiene por ejemplo su primo hermano el Kia Niro.

De lo dicho hasta ahora se puede concluir ya que el Kona ha pasado de ser un SUV más bien urbano, aunque amplio, a todo un coche familiar que, a nuestro parecer, cumple prácticamente como un Tucson pero exigiendo un desembolso menor. Comparte con su hermano mayor incluso su imagen tecnológica, no solo en su vistoso aspecto exterior, sino también en un habitáculo presidido por dos pantallas de 12,3 pulgadas unidas en un solo panel panorámico.

Debajo de este encontramos dos módulos provistos de botones físicos, muy de agradecer, para controlar las funciones básicas y de uso más frecuente del vehículo. Junto a ellos se encuentra el área que agrupa a los diversos dispositivos de carga para móviles, también muy práctica pero con unos gráficos que nos parecen más bien confusos.

Como el del Tucson, el interior del Kona causa una buena impresión de calidad. Sin ser lujoso, ni pretenderlo, cuenta con superficies, mandos y botones que se accionan con suavidad o tienen un tratamiento superficial agradable al tacto, si bien los plásticos blandos han desaparecido por completo del salpicadero. Los ajustes entre las distintas piezas también parecen sólidos.

Nos gustan mucho dos soluciones muy adecuadas para un vehículo de corte familiar. Nos referimos tanto a la bandeja para depositar objetos que se ha dispuesto sobre la guantera como, sobre todo, al gran compartimento habilitado en la consola central, en el que el espacio se despeja sobremanera gracias a unos posavasos retráctiles que se pliegan cuando no se necesitan.

Acorde con el tipo de usuario al que entendemos que va dirigido, el coche presenta una respuesta dinámica correcta, de esas que satisfacen a la mayoría de las personas. Eso sí, la pisada mejora en mucho a la del modelo al que sustituye, lo mismo que el aislamiento acústico, cosas ambas que redundan en un confort de marcha superior del que se benefician todos los pasajeros.

De lo que no disfrutarán tanto será de la feria de sonidos y avisos varios que acompaña la marcha. Sabemos, claro, que muchas de estas alertas son obligatorias por ley; lo que reprochamos a Hyundai es que haya optado por la más estricta e inclemente configuración de estos dispositivos, que impide disponer de un segundo de silencio a bordo.

Versiones múltiples

La nueva generación del Kona mantiene buena parte de la variedad de tecnologías de impulsión entre las que se puede escoger, opción en la que radica buena parte de la popularidad creciente de Hyundai en España. El coche está disponible con motores de combustión, dotados o no de hibridación ligera, y en versiones enteramente eléctrica e híbrida completa.

Hemos conducido en los últimos días esta última variante del SUV coreano, que después de los cambios introducidos para cumplir las más recientes normativas anticontaminación entrega ahora 129 caballos. No parece mucha potencia para un coche que luce ya unas dimensiones considerables, pero lo cierto es que no se echa en falta más fuerza en las circunstancias de conducción habituales.

El sistema híbrido se compone de aquí de un motor de gasolina de 93 CV y otro eléctrico bastante potente, de 32 kW, alimentado por una pequeña batería de 1,32 kWh que se recarga de forma automática. A diferencia de muchos modelos mild hybrid que abundan en el mercado últimamente, este híbrido completo es capaz de funcionar en modo eléctrico en un rango mucho más amplio de condiciones, y ello se traduce en mayor confort acústico y, especialmente, en un notable ahorro de combustible.

Hablamos de consumos medios que rondan los 5 litros cada 100 kilómetros sin hacer ningún alarde de conducción eficiente, cifra que se incrementa lógicamente -pero no en exceso- cuando el coche va cargado de personas y equipaje.

Recordemos que el Tucson híbrido, más voluminoso y pesado que el Kona, incorpora un sistema de impulsión de 215 caballos, y no este de 129, de manera que las comparaciones en cuestión de eficiencia resultan difíciles de establecer. Solo decimos que, para quien no pueda -o no quiera- acceder a la excelencia de aquel, ya sea en esta versión full hybrid o en otras, este nos parece una alternativa válida para un uso familiar que exige muy pocas renuncias. El Kona Hybrid cuesta entre 33.000 y 41.000 euros, en función del acabado elegido.

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