Navarra autoriza la reapertura de la planta de Artajona que recibió los lixiviados de Gipuzkoa

El Departamento de Medio Ambiente del Gobierno de Navarra ha autorizado la reapertura de la planta de Ecofert Sansoian, situada en Artajona y que llevaba nueve meses cerrada de forma cautelar por recibir toneladas de lixiviados enviados desde el CMG-I de Zubieta (Gipuzkoa) y la empresa Oleofat, así como desde otros dos proveedores, como Viscofan, para los que no tenía autorización, según el Ejecutivo foral. Desde Ecofert Sansoain confirman a este periódico que este mismo lunes han reabierto sus instalaciones y que comenzarán a recibir de nuevo camiones con residuos para la fabricación de fertilizantes.

La resolución del departamento que dirige José María Aierdi (Geroa Bai) llega pocos días después de conocerse el archivo de la causa penal por la gestión de los lixiviados contra el diputado de Medio Ambiente de Gipuzkoa, José Ignacio Asensio, quien preside el Consorcio de Residuos de Gipuzkoa (GHK, en euskera) que gestiona el CMG-I, que tiene una incineradora y una planta de tratamiento mecánico-biológico. La Fiscalía ya ha comunicado su intención de no recurrir el archivo de unas irregularidades que ella misma denunció en 2023, mientras que la asociación GuraSOS, por el contrario, sí que lo ha hecho para que se reabra la causa.

Desde el Gobierno navarro apuntan a este periódico que la resolución para que Ecofert Sansoain pueda reabrir su planta viene motivada por unos informes elaborados por los técnicos de Medio Ambiente así como por el compromiso del dueño de las instalaciones de subsanar los problemas en la balsa de lixiviados, que en el pasado le costó una sanción administrativa. La empresa se compromete a su vez a recibir únicamente residuos para los que tiene autorización, es decir, lodos de la industria alimentaria y de la transformación de madera.

En la resolución para la reapertura también se recoge que Medio Ambiente incrementará las inspecciones a la plata de Artajona para comprobar que todos los residuos que entran en las instalaciones son autorizados, es decir, los que se pueden utilizar para hacer compost. Y es que en un artículo de opinión tras conocerse el cierre de la investigación en Gipuzkoa, la directora general navarra de Medio Ambiente, Ana Bretaña insiste en que “los lixiviados generados en la planta CMG-I, que es una planta de tratamiento del contenedor de resto, no podían ni pueden ser enviados a una planta de compostaje”. “Que la causa de delito penal interpuesta por un tercero por los hechos sucedidos en Gipuzkoa haya sido archivada no quiere decir que no haya habido una infracción ambiental sancionable por un procedimiento administrativo, que -insisto- ha sido la vía adoptada en Navarra”.

El Gobierno navarro insiste a su vez en que el cierre de la causa penal en Gipuzkoa y la resolución para la reapertura de Ecofert Sansoain no implica el archivo de las sanciones administrativas que impuso a la empresa de Artajona por haber recibido unos lixiviados para los que no contaban con autorización. Las decisiones adoptadas en Navarra han generado tensiones políticos con la Diputación de Gipuzkoa.