Enólogas y propietarias de bodegas de Toledo: “Estamos temblando con los aranceles, sería un desastre”

Los temas más candentes del sector del vino, aranceles, consumo y crisis salieron a colación durante la jornada Vinos de Autora que elDiario.es Castilla-La Mancha y Agroalimentaria organizaron en Toledo con la asistencia de varias mujeres enólogas y con numeroso público que se implicó en el debate sobre el vino.
Las enólogas de Arrayán, Uva de Vida y Más que Vinos coincidieron en destacar la dependencia que muchas bodegas pequeñas tienen del mercado americano y la incertidumbre a la que se enfrentan. “Estamos temblando con los aranceles, sería un desastre”, señaló Margarita Madrigal, enóloga y propietaria de bodegas Más que Vinos, situadas en Cabañas de Yepes en Toledo. Ante la situación, están intentando ver otros mercados alternativos, pero corren el riesgo de perder unos mercados americanos que ya tienen consolidados.
También Carmen López de bodegas Uva de Vida, ubicada en Camarena (Toledo), afirmo que su principal mercado es EEUU y “hay mucha preocupación, tenemos confianza porque cuando somos un proyecto pequeño nuestros importadores son pequeños y se genera una relación casi de amistad”. Así recordó que, en la pasada pandemia, “tuvimos un importador de Japón que nos compró el vino sin haber probado la añada. Se crea una relación de confianza, pero si hay un 200 por cien de aranceles va a ser muy difícil. El sector está en crisis, la sociedad está en crisis”, apuntó en la mesa de debate.
En el mismo sentido, Maite Sánchez de Bodegas Arrayán, en la Torre de Esteban Hambrán (Toledo), abundó en la “difícil situación del mercado y más con los aranceles, ahora nos toca diversificar más el mercado, también diferenciarse y poder explicar el consumo con moderación, bajará el consumo en cantidad, pero tiene que subir en calidad y en precio porque si no no podríamos resistir”.
El desapego entre los jóvenes
Precisamente el bajo consumo sobre todo entre los jóvenes fue otro de los temas que salió en el debate. Las tres enólogas coincidieron en afirmar la dificultad de llegar a los más jóvenes y la necesidad de afianzar alianzas con el sector de la restauración para que se promocione el vino de Toledo y de Castilla-La Mancha.
“La solución es fomentar el consumo dentro de nuestro territorio, pero la realidad es que el vino está para los fines de semana, como un artículo de lujo, no forma parte del día a día”, señalaba Maite Sánchez.
Entre las razones de esta falta de apego de los jóvenes a la cultura del vino, se apuntaron razones económicas, pero también una trayectoria que ha identificado el consumo de vino con una franja de edad más alta o que se ve como una bebida para expertos, algo que no se produce en otros países con cultura vitícola como Francia o Italia.
La solución es fomentar el consumo dentro de nuestro territorio, pero la realidad es que el vino está para los fines de semana, como un artículo de lujo, no forma parte del día a día
“Cuando he estado en otros países, el interés de los jóvenes por la cultura del vino era mucho mayor que aquí, en Borgoña, por ejemplo, conocían las añadas, están integrados en la cultura, en España parece que no lo hemos transmitido bien”, señaló la enóloga de Arrayán.
En los años 90, desde las propias bodegas hicimos el vino elitista, y eso junto con otras políticas ha abierto una brecha, antes se consumía más vino
Incluso Carmen López apuntaba que en las ferias sobre vino de otros países, el perfil de los visitantes es más joven que en España mientras “que aquí ven el vino como un artículo para mayores”.
También señalaba Margarita Madrigal que “en los años 90, desde las propias bodegas hicimos el vino elitista, y eso junto con otras políticas ha abierto una brecha, antes se consumía más vino, ahora hay una brecha. Hay que intentar hacer algo ameno y divertido, por ejemplo, nosotros hemos sacado un vino que se llama los conejos malditos, con vinos más suaves para llegar a este público más joven”.

De hecho, en las propias bodegas están recibiendo en sus sesiones de enoturismo y cata a un 70% de extranjeros y un 30% de españoles, “será que no sabemos llegar a los españoles o que lo valoramos menos, y eso que en Castilla-La Mancha se pueden beber vinos estupendos y variado por un precio espectacular”, apuntaba Margarita Madrigal.
Por su parte, Carmen López apuntaban también entre las razones del bajo consumo entre los jóvenes, que el acceso a vinos “muy industrializados, más baratos, son vinos que sientan muy mal”, que tienen mucha intervención y “creo que por ahí viene una parte de ese rechazo, y la hostelería no tiene en cuenta esto”.
El necesario apoyo de la hostelería
Todos ellas pedían ayuda a los restaurantes para que en sus cartas haya más presencia de los vinos del entorno de Toledo y de Castilla-La Mancha, “como no tengamos ayuda de los restaurantes, es muy difícil”, apuntaban.
No obstante hablaban de optimismo a la hora de afrontar el futuro. Así también, la directora de la Fundación Tierra de Viñedos, Diana Granados, que estaba entre el público, puso de manifiesto que en las catas que organiza hay cada vez más presencia y más interés de los jóvenes.
También, la decana del Colegio de Enología de Castilla-La Mancha, Milagros Romero, que momentos antes había ofrecido una conferencia en esta misma jornada, señalaba que no hay que temer ir a otras formas de consumo como los vinos sin alcohol que cada vez tienen más oferta y mueven más mercado.
Por último, entre el público también se expuso la necesidad de más promoción del vino por parte de las administraciones públicas con mensajes que lleguen el público joven y se habló de cuánto vino sobra en Castilla-La Mancha, y algunas de las enólogas presentes apuntaron que sobra vino en todas las zonas y que “sobra todo lo que hay en los supermercados con precios de dos euros”.
El futuro lo ven apostando por “diferenciarnos más porque si perdemos el consumo mayoritario, tenemos que ir a unos vinos más artesanales, más diferenciados, que haga que realmente se beba en menos cantidad, pero aumentado la diferenciación y buscando otras calidades”, señalaba Maite Sánchez.
O Carmen López que apuntaba que la situación va a provocar “que desaparezcan muchas bodegas que no pueden soportar estas crisis. El futuro está en los proyectos agrícolas, cuando todo lo que haya en los supermercados venga de otros países, realmente lo que tengamos cultivando cerca en nuestras casas va a ser un verdadero lujo, ya sea un vino, un pan o una botella de aceite y las bodegas tendremos que abrir nuestros lugares al turismo a los eventos, porque solo haciendo el vino y poniéndolo en el mercado es muy difícil salir adelante”.
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