Elegir ropa térmica: cómo saber si una prenda deportiva es efectiva para aislarnos del frío en invierno
¿Salir a correr por la mañana? Sin duda es saludable, pero se puede hacer cuesta arriba cuando fuera hay temperaturas cercanas a cero grados. El invierno tiene sus encantos, pero para quienes disfrutan de las actividades al aire libre, sea running, senderismo, ciclismo o cualquier otro deporte, contar con la ropa adecuada puede marcar la diferencia entre la comodidad y pasar un mal rato en el frío.
Lo ideal es que las prendas deportivas puedan mantener el calor corporal, proteger del viento y la lluvia, y al mismo tiempo ser transpirables y cómodas. No todas las prendas térmicas son iguales, y entender los factores que influyen en su capacidad para aislar del frío nos puede ayudar a elegir bien.
El tejido es el elemento más importante a considerar cuando se busca una prenda deportiva térmica. El material utilizado en su fabricación determina no solo su capacidad para retener el calor, sino también su transpirabilidad, elasticidad y durabilidad.
Lana merino: insuperable
La lana merino es uno de los materiales más apreciados para prendas térmicas. Proveniente de ovejas merinas, esta lana es conocida por su suavidad, ligereza y excelente capacidad de aislamiento térmico. A diferencia de la lana tradicional, la merino no pica y es más fina, lo que la hace ideal para prendas que están en contacto directo con la piel.
Una de las mayores ventajas de la lana merino es su capacidad para regular la temperatura corporal. Este material es termorregulador, lo que significa que te mantiene caliente cuando hace frío y fresco cuando hace calor. Además, la lana merino es altamente transpirable, lo que permite que el sudor se evapore rápidamente, evitando la sensación de humedad y frío que puede ocurrir con otros tejidos.
Además, la lana merino es resistente a los olores. Las fibras naturales de la lana tienen propiedades antibacterianas, lo que significa que, a diferencia de las fibras sintéticas, puedes usarla varias veces sin que desarrolle malos olores. Esto la convierte en la opción ideal para caminatas de varios días por la montaña, por ejemplo.
Fibras sintéticas: poliéster y polipropileno
Las fibras sintéticas, como el poliéster y el polipropileno, son mucho más habituales en la fabricación de prendas térmicas deportivas. Estos materiales son baratos, ligeros, duraderos y tienen una excelente capacidad para evacuar la humedad, lo que los hace ideales para las actividades de alta intensidad en climas fríos.
El poliéster, en particular, es conocido por su capacidad para secarse rápidamente, y es el material empleado en prendas como las Dri-Fit de Nike o CoolMax de Adidas. Especialmente en invierno, mantener la piel seca es esencial para evitar la pérdida de calor corporal. Además, el poliéster es resistente a la abrasión, lo que lo hace adecuado para deportes que implican contacto con superficies ásperas, como el senderismo o la escalada.
El polipropileno es aún más eficiente en la gestión de la humedad. Este material es hidrófobo, lo que significa que repele el agua y evita que la humedad se acumule en la prenda. Sin embargo, el polipropileno tiende a retener olores, lo que obliga a lavarlo después de cada uso.
Tejidos técnicos multicapa
Además de los materiales anteriores, muchos fabricantes utilizan tejidos formados por capas de diferentes fibras para aumentar el rendimiento de las prendas térmicas. Por ejemplo, se puede emplear una capa externa de poliéster con una estructura de rejilla que facilite la circulación del aire, una capa media de microfibra que proporcione aislamiento contra el frío y una capa interna de algodón o fibra tratada para absorber el sudor. En otros casos puede ser mejor una capa externa más resistente al viento y al agua proteja contra los elementos.
El ajuste de las prendas térmicas
¿Debemos vestir prendas sueltas o ajustadas? El diseño de una prenda influye, y mucho, en su capacidad para aislar del frío. Los tejidos multicapa permiten crear prendas que se ajustan al cuerpo sin resultar demasiado apretadas. Este ajuste más ceñido reduce el espacio entre la piel y el tejido, lo que evita que se generen corrientes de aire que hacen que perdamos calor corporal. Sin embargo, también es importante que la prenda no restrinja el movimiento, especialmente en actividades como el esquí.
Resistencia al viento y al agua
Además del aislamiento térmico, debemos considerar si la prenda tiene que protegernos además de los elementos como el viento y la lluvia. En invierno, el viento frío puede penetrar fácilmente en los tejidos, reduciendo su eficacia térmica. Por ello, muchas prendas térmicas incluyen un tratamiento cortavientos, que ayuda a bloquear las ráfagas de aire frío.
De manera similar, la resistencia al agua nos puede salvar de un mal rato si hacemos deporte en medio de la nieve o la lluvia. Algunos tejidos, como el poliéster tratado con recubrimientos impermeables, ofrecen una barrera efectiva contra la humedad exterior, manteniéndonos secos y calientes. Sin embargo, en estos casos pueden ser necesarias aberturas de ventilación.
Costuras, cremalleras y ventilación
Las costuras planas son habituales en las prendas térmicas porque reducen la fricción y evitan las posibles molestias por roces durante el movimiento, en especial en las prendas ajustadas al cuerpo. En las prendas impermeables y cortavientos, además, se emplean costuras selladas que impiden que se escape por ellas el calor corporal y que entre el viento o el agua.
Determinadas prendas impermeables o cortavientos incluyen cremalleras situadas estratégicamente, por ejemplo debajo de los brazos, para permitir una la ventilación. Esto es especialmente útil en actividades de alta intensidad como el esquí o el senderismo, donde el cuerpo genera mucho calor, y al mismo tiempo necesitamos protegernos del viento y la humedad. Las cremalleras permiten regular la temperatura corporal sin necesidad de quitarse la prenda.
Las prendas térmicas no son baratas, pero son una inversión que puede mejorar nuestra comodidad a la hora de hacer deporte al aire libre, y marcar la diferencia entre un entrenamiento agradable y uno desagradable. Esto a su vez nos animará a hacer ejercicio más a menudo.
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