Concha Rodríguez, décadas de éxito en los escenarios y entre bambalinas

Una empresa extremeña con más de tres décadas de trayectoria. Pero no es de los sectores que copan la economía de la región: no es de la agricultura ni de la hostelería o el comercio. Se trata nada menos que de una empresa cultural, concretamente de las artes escénicas, que lleva con 'la persiana subida', como se suele decir, desde hace 32 años. Y detrás se encuentra una mujer.

Concha Rodríguez es la cabeza, el alma y la voz de La Estampa Teatro, aunque esa voz también ha sido la de todos los personajes que ha interpretado a lo largo de su vida encima de los escenarios, de Extremadura y de España. Porque ella es empresaria y productora teatral, pero también es actriz y dramaturga.

Su nombre es imprescindible en las artes escénicas de Extremadura, pero, aunque las tablas siempre fueron su vocación, Concha Rodríguez se licenció en Filología Clásica en una de las primeras promociones de la Universidad de Extremadura, “pero la vida te va llevando por sitios”, recuerda en una conversación con este periódico.

Fue precisamente durante sus estudios universitarios cuando el teatro se cruzó en su vida y comenzó una unión estable que sigue hasta hoy. “En tercero de carrera ya estaba haciendo teatro profesional con el Teatro Estable de Cáceres. Mi primer espectáculo lo cerré con Kiko Magariño en media hora”, afirma.

Pero con solo 26 años decide ir un paso más allá y convertirte en productora teatral con su propia compañía, aunque eso, y a pesar de su juventud, después de haber representado dos obras en el Teatro Romano de Mérida y de traducir, gracias a sus estudios clásicos, 'Los siete contra Tebas'.

Concha Rodríguez funda La Estampa Teatro en 1993, una sociedad limitada que desde su creación “no ha dejado de pagar ni un solo mes la cuota de autónoma”, subraya. Pero si el emprendimiento suele ser sinónimo de incertidumbre, además de muchos aspectos positivos, en este caso el riesgo era evidente. España estaba inmersa en una grave crisis económica después del estallido cultural, económico y social que supuso la celebración de los Juegos Olímpicos en Barcelona, la Exposición Universal en Sevilla, la celebración de Madrid como Capital Europea de la Cultura o incluso EnClave 92 en Extremadura.

Sin embargo, Concha Rodríguez lo recuerda como “una época maravillosa” aunque “en 1993, después de la ebullición de ese 92, que fue maravilloso, nos preguntábamos qué hacemos ahora con la vida”. Pero la Junta de Extremadura de la época comenzó a apostar por las ayudas para la creación de empresas, al igual que otras comunidades, y ahí se agarró la actriz.

“Nos traíamos a Extremadura los directores con los que soñábamos, no teníamos que irnos nosotros para allá”, dice, y comienza . No teníamos que irnos nosotros a trabajar con ellos, sino que nos los traíamos para acá. 

Desde ese momento no ha parado de trabajar, de contratar y de llamar a puertas. Uno de sus últimos éxitos ha sido 'El regalo de Zeus', una coproducción de un texto suyo que se estrenó en Mérida en 2023, pero que aún sigue girando por España. Eso sí, no ha podido renunciar a ninguna de sus múltiples facetas porque ha compaginado la versión empresarial con la artística: ha seguido representando monólogos, participando en obras coproducidas y llevando Extremadura a numerosas salas y escenarios.

Pero por si esta actividad no fuera suficiente, Concha Rodríguez acaba de añadir una tarea más a su vida. Desde la semana pasada forma parte del proyecto Mujeres Inspiradoras de Almendralejo, su ciudad. Se trata de una asociación que tiene como objetivo de “dar visibilidad a mujeres talentosas en diferentes campos y ser un referente de inspiración y de apoyo para las mujeres en todos los ámbitos de la sociedad”.

'Audaces fortuna juvat', se decía en latín. La fortuna favorece a los audaces.