Los supuestos tatuajes pandilleros por los que EEUU deporta a migrantes: “Lo eligió porque se parece al escudo del Real Madrid”

Como muchos venezolanos de su generación, Franco José Caraballo Tiapa, de 26 años, tiene un montón de tatuajes. Uno representa a una rosa; otro, a un león; y otro, en el lado izquierdo del cuello, a una cuchilla de afeitar que simboliza su trabajo como barbero. Tiene otros dos en homenaje a Shalome, su hija mayor, de cuatro años: un reloj de bolsillo con la hora de su nacimiento y el nombre Shalome en letras negras sobre el pecho. “Es un chico normal al que le gustan los tatuajes, eso es todo”, dice Martin Rosenow, el abogado de Florida que lo representa.
Caraballo, solicitante de asilo en EEUU y padre de dos hijos, se convirtió el pasado fin de semana en uno más de los muchos enviados a El Salvador por la Administración Trump con su política de mano dura contra los inmigrantes.
La afición de Caraballo por el arte corporal puede haber sido su condena. Al parecer, los funcionarios de inmigración lo detuvieron en febrero en Dallas porque creyeron que los tatuajes demostraban su pertenencia al Tren de Aragua, la banda criminal más conocida de Venezuela.
The Guardian tuvo acceso a un documento que el Departamento de Seguridad Nacional de EEUU emitió a principios de febrero donde se llegaba a esta conclusión (sin explicar cómo): “El sujeto [Caraballo] ha sido identificado como miembro/activo del Tren de Aragua”. En el documento también se decía que Caraballo, calificado como “extranjero deportable/excluible”, tenía varios tatuajes y no se le conocían antecedentes penales “en este momento”.
El abogado Rosenow se opuso a la identificación de su cliente como miembro de una banda criminal debido a sus tatuajes. “Es algo tramposo, no hay base [para esta conclusión]”, dice. “Todos los expertos de Venezuela que estudian la pandilla sostienen que no hay tatuajes asociados a los pandilleros; no es como con la pandilla centroamericana MS-13, donde los tatuajes significan algo para la organización”.
“Tren de Aragua no tiene tatuajes específicos”, añade. “Si ves fotos [de miembros reales de Tren de Aragua detenidos en EEUU] sin camiseta, muchos de ellos ni siquiera están tatuados (...) Todo esto me da náuseas, me angustia lo que les pase a estas personas y estoy triste por lo que todo esto significa; como estadounidense, para mí es vergonzoso que violemos los derechos humanos de forma tan flagrante”, critica.
Caraballo procede del estado venezolano de Bolívar y llegó a EEUU cruzando la frontera sur en octubre de 2023. Es uno de los venezolanos aparentemente identificados como miembros de pandillas por parte de las autoridades migratorias basándose casi exclusivamente en la nacionalidad y los tatuajes.
Daniel Alberto Lozano Camargo
El venezolano Daniel Alberto Lozano Camargo, de 20 años, llegó a EEUU desde Maracaibo, en el oeste de Venezuela, para ganarse la vida lavando coches en Houston (Texas), un servicio que anunciaba por Facebook.
Según su pareja, la estadounidense Leslie Aranda, de 25 años, a Lozano lo detuvieron en noviembre después de que un supuesto cliente contactase con él. No sabe nada de él desde el viernes 14 de marzo, cuando Donald Trump invocó una legislación de tiempos de guerra llamada Ley de Enemigos Extranjeros para deportar a personas consideradas como una amenaza. Entre ellos, los miembros del Tren de Aragua, clasificada en febrero como organización terrorista extranjera.
Aranda explica que Lozano tiene varios tatuajes, igual que otros venezolanos detenidos y en riesgo de deportación. En un brazo lleva escrito el nombre de Danessy, la hija de su pareja. También hay una rosa y el nombre de su sobrina, Eurimar, con una corona sobre la letra e. Sobre el cuello, el tatuaje de unas manos en actitud de plegaria. También el nombre de su padre, Adalberto, sus iniciales, y la fecha 19 de enero de 2023, su aniversario con Aranda. “Rey de mí mismo”, dice otro de los tatuajes.
“Sé que el nombre de su padre es importante para él porque murió cuando Daniel era joven. Y también sé que no le gustaba mucho el tatuaje de la rosa porque se lo hizo un amigo que estaba aprendiendo. A Daniel le encantan el arte y los tatuajes, por eso los tiene”, asegura Aranda.
“Violaron sus derechos humanos, es una injusticia; él no pertenece a ninguna pandilla”, protesta Daniela, la madre de Lozano, también residente en EEUU.
Neri José Alvarado Borges
Según la hermana del venezolano de 24 años Neri José Alvarado Borges, otro de los deportados a El Salvador, los tatuajes pueden haberlo identificado por error como un delincuente.
En uno se lee la palabra “Familia”; en otro, “Hermanos”; y en un tercero, sobre el muslo izquierdo, el nombre de Neryelson, su hermano menor, que es autista. Junto a él, el símbolo del infinito con los colores del arco iris que emplea el movimiento por la aceptación del autismo.
“Ninguno de estos tatuajes tiene nada que ver con el Tren de Aragua”, dice Lisbengerth Montilla, su hermana, de 20 años. “Pero para ellos [las autoridades migratorias] cualquiera que tenga tatuajes tiene que ver con el Tren de Aragua”.
Montilla afirma que su hermano no era ningún pandillero ni tenía antecedentes penales. De hecho, en Venezuela cursaba psicología, estudios que se había visto forzado a abandonar nueve meses antes para emigrar a EEUU debido al derrumbe económico de su país.
Tras cruzar la peligrosa selva del Darién y entrar en EEUU, Alvarado se buscó la vida en Dallas trabajando en una panadería. “Muchos hemos venido aquí por la situación en nuestro país”, dice Montilla, que también reside en EEUU. “Hubo veces en las que ni siquiera teníamos comida ni dinero para comprarla; mucha gente huyó por la dictadura en Venezuela, buscando un futuro mejor”, cuenta.
“No todas esas personas [las deportadas a El Salvador] son delincuentes, y no todos los venezolanos son malas personas; venimos de una familia decente, trabajadora y honrada y nunca hemos tenido problemas con nadie”, añade.
Luis Carlos José Marcano Silva
Al peluquero venezolano de 26 años Luis Carlos José Marcano Silva, de la isla de Margarita, lo detuvieron el mes pasado durante una vista por su estatus migratorio en Miami. Al parecer, sus tatuajes también contribuyeron a que lo deportaran a El Salvador.
Sobre el vientre tiene uno con el rostro de Jesús de Nazaret. En el brazo lleva un símbolo del infinito y, en un tercero, el nombre de Adelys, su hija. Sobre el pecho lleva la imagen de una corona.
Según su madre, Adelys del Valle Silva Ortega, durante la audiencia “lo único que le decían era que pertenecía a la pandilla del Tren de Aragua”. “Cuando su esposa se comunicó con el abogado, le dijeron que probablemente era por sus tatuajes”, explica. Niega que su hijo tuviera antecedentes penales o vínculos con la banda de delincuentes.
“Estoy hundida, desesperada, me imagino que no lo están tratando bien, ya he visto videos de esa cárcel”, dijo Silva sobre la tristemente célebre prisión “antiterrorista” de El Salvador donde cree que está encarcelado su hijo. “Pienso todo el rato en él y le rezo a la Virgen del Valle [una patrona venezolana] para que lo proteja”.
Jerce Reyes Barrios
Linette Tobin, abogada de un quinto venezolano deportado a El Salvador, el exfutbolista profesional Jerce Reyes Barrios, de 36 años, también sostiene que los tatuajes de su cliente fueron determinantes.
Uno de los tatuajes de Reyes representa una corona sobre un balón de fútbol con un rosario y la palabra “Dios”. Tobin escribió el miércoles en una declaración jurada que el Departamento de Seguridad Nacional alegó que el tatuaje demostraba su pertenencia a una banda. “En realidad, eligió ese tatuaje porque era parecido al escudo del Real Madrid, su equipo de fútbol favorito”, escribió Tobin, cuyo despacho está en California.
Tobin rechazó la idea de que su cliente fuera miembro de una pandilla y dijo que había huido de su país a principios de 2024 tras una protesta contra el gobierno venezolano que culminó con su detención por parte de las fuerzas de seguridad, que lo torturaron “en un edificio clandestino” con descargas eléctricas y simulacros de ahogamiento.
Según Tobin, las autoridades migratorias estadounidenses dieron con una imagen de Reyes en las redes sociales en la que “alegan haber encontrado la prueba de pertenencia a una banda por un gesto que hace con la mano”. “Es un gesto común que en el lenguaje de signos significa 'te quiero' y que suele usarse como símbolo del rocanrol”, dice.
Francisco Javier García Casique
Francisco Javier García Casique, un sexto venezolano deportado a El Salvador, también tenía tatuajes. Según su hermano Sebastián, entre ellos hay una rosa, una brújula y una frase: “Dios elige sus batallas más duras para sus mejores guerreros”. En otro se puede leer “Vivir el momento”. Y un quinto tatuaje dice (en inglés): “Familia”.
García publicó en Instagram en septiembre de 2021 un vídeo del entintado del tatuaje de un reloj que un artista de Perú, donde entonces vivía, le estaba haciendo sobre el brazo derecho. “Mi tatuaje en homenaje a mis dos abuelas a las que quiero y extraño mucho”, escribió en la red social.
Anyelo Sarabia González
La hermana de Anyelo Sarabia González, Solanyer Michell Sarabia González, de 25 años, escribió en una declaración jurada que unos agentes de inmigración habían detenido en Dallas a principios de años a su hermano, de 19. Le preguntaron “por un tatuaje visible en la mano” de una rosa con billetes en vez de pétalos. “Se hizo ese tatuaje porque pensó que le quedaba bien”, relata. En su opinión, a su hermano lo habían trasladado a El Salvador “bajo el pretexto falso de ser miembro del Tren de Aragua”.
“El tatuaje no tiene ningún significado ni conexión con ninguna pandilla”, señala Solanyer. Tampoco tienen relación alguna con las pandillas, insiste, otros dos tatuajes de su hermano con las frases “fuerza y coraje” y “todo lo puedo en Cristo que me fortalece”.
Franco José Caraballo Tiapa
Rosenow tampoco cree que haya ningún indicio de que su cliente estuviera implicado con Tren de Aragua. Según dice, Caraballo había solicitado asilo político tras ser perseguido en Venezuela por participar en protestas contra el gobierno. Las publicaciones “cursis” y románticas que Caraballo subía a Instagram también demostraban que no era “un pandillero despiadado”, argumenta.
Una verificación de antecedentes penales emitida a principios de este mes por las autoridades venezolanas certifica que Caraballo tampoco tiene antecedentes penales en su país. Los familiares de Francisco Javier García Casique también publicaron la prueba que demostraba la inexistencia de antecedentes penales en Venezuela.
La Casa Blanca ha descrito a los venezolanos deportados a El Salvador como terroristas y “monstruos atroces”, pero aún no ha publicado información detallada sobre sus identidades. Mucho menos, sobre sus presuntos delitos. La cadena CBS News difundió en la tarde del jueves una lista gubernamental de uso interno con el nombre de los 238 venezolanos deportados. En ella figuraban todos los casos mencionados en este artículo.
El alto cargo de inmigración y aduanas Robert Serna admitió el lunes que “muchos” de los expulsados por EEUU por aplicación de la Ley sobre Extranjeros Enemigos no tenían antecedentes penales en EEUU. A pesar de ello, insistió en que sí eran miembros del Tren de Aragua. Si no tienen antecedentes penales, explicó, era solo “porque llevan poco tiempo en el país”.
Traducción de Francisco de Zárate
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