El pasado mes de febrero el Gobierno de la Región de Murcia nos promocionó en FITUR como destino turístico y gastronómico. Por el stand de la Región desfilaron Estrellas Michelín regionales, restaurantes de reconocido prestigio, chefs y destinos gastronómicos. Tuvieron lugar dieciocho actos específicos relacionados con el turismo alimenticio durante los cinco días que duró el evento, además de un espacio permanente denominado 'Espacio 1001 sabores' en el que de forma continuada de miércoles a domingo, durante ocho horas diarias, se ofrecía información gastronómica: El festival de la tapa, Gastrojueves, Comersaciones de cuchillo y tenedor, o de cuchara y cucharón, entre otras denominaciones más o menos manidas.
Murcia como destino gastronómico es bello, las fotos lúbricas de los menús de nuestros chefs hacen salivar los paladares, son el resultado del trabajo ímprobo de un gobierno para el fomento de las bacanales romanas y la incitación al pecado capital de la gula.
Y leyendo estos días sobre FITUR pensaba: ojalá una pequeña parte de ese esfuerzo gastronómico se utilizara en garantizar la alimentación para ese 16% de menores escolarizados en nuestros centros que viven en situación de pobreza material severa, para los que los menús escolares representan la garantía de que tendrán una comida caliente y nutritiva al día. Unos menús que se elaboran raspando los mínimos y a la baja. El curso 2023-24 se inició sin servicio de comedor escolar en muchos centros, con empresas sancionadas por Sanidad sirviendo menús de escasa cantidad y mala calidad. No estamos pidiendo menús gourmet para los colegios, tan solo una alimentación saludable y accesible a todo el que la necesite, porque es un derecho fundamental de los menores.
Por no hablar de la concesión de becas de comedor, que sitúa el límite de ingresos por debajo del SMI. Eso significa que una familia de cuatro miembros no puede superar el ingreso anual de 11.520€, porque se queda fuera del reparto. Con esos ingresos no se le considera pobre, entraría en el cupo de familia en riesgo de exclusión social, y en nuestra región tenemos la friolera de 46.500 menores de edad que viven en riesgo de pobreza y exclusión social. Y digo yo, ¿es que no aumenta el riesgo de pobreza si se quedan sin ayuda de comedor? Pensamos que no somos pobres, pero la realidad es que estamos más próximos a la pobreza de lo que creemos, la clase media es un concepto irreal, el clasemedianismo es una disforia socioeconómica que nos lleva directos a las colas del hambre.
La cantidad total asignada a la partida de becas de comedor está limitada a 5.284 alumnos, cifra que se queda cortísima frente a los 46.500 menores de edad pertenecientes a familias en riesgo de exclusión. Para optar a la beca de comedor hay que vivir en la extrema pobreza. Familias monomarentales como la de Marta y su hija de 6 años, que supera en 347€ el límite anual fijado para optar a la ayuda y no puede pagar el comedor aunque lo necesitan, porque su trabajo no le permite recogerla a las 14:00 ni comer con ella cada día. En la misma situación de Marta hay muchas familias que dependen de esa ayuda para llegar dignamente a fin de mes y se encuentran con que el máximo fijado por la Consejería de Educación para optar a la ayuda es ridículo. El requisito para optar a la beca de comedor es vivir en la extrema pobreza. Pero aun estando en la pobreza, la convocatoria establece que las becas se concederán hasta agotar el crédito disponible, es decir, que si hay más familias que dinero, se establecen otra serie de prioridades para el desempate, lo que deja en clara situación de desamparo a las que, aun cumpliendo el mínimo económico, no conseguirían la ayuda. Estos niños y niñas se quedarían en el listado de no concedidas, que equivale a una cola del hambre documental: la cola del hambre del BORM.
Estamos hablando de nuestros hijos e hijas, lo más valioso que tenemos las familias, y lo que percibo entre las familias es cierta desconexión con aquello que les afecta. Amigas, no os conforméis, hablad entre vosotras, comprad pasamontañas y organizaos. Juntas, somos mejores.
Plazo de presentación de solicitudes para optar la beca de comedor: del 20 de marzo al 2 de abril de 2025. Más información aquí.
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