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La discutida senda peatonal impulsada por el líder del PP en Santiago atraviesa las fincas de uno de sus predecesores

David Pillado recibe una placa del presidente del PP gallego, Alfonso Rueda. Tras ellos, la número dos del partido, Paula Prado; el líder local en Santiago, Borja Verea o el ex presidente del Consejo de Estado, José Manuel Romay Beccaría

Luís Pardo

8 de marzo de 2025 06:01 h

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La polémica senda peatonal entre Milladoiro (Ames) y Santiago, impulsada desde el Parlamento de Galicia y la oposición municipal por el líder local del PP, Borja Verea, atraviesa dos fincas propiedad de la mujer de David Pillado, histórico secretario general de la agrupación compostelana durante veinte años. Las expropiaciones suman algo más de 3.400 metros cuadrados, lo que supondrá —teniendo en cuenta el precio medio de estas operaciones en el municipio— unos 30.000 euros. En conversación con elDiario.es, Pillado admite que la compra “es una alegría”, pero no por el dinero, sino porque “habrá que desarrollar un país”.

Ese fue siempre uno de los argumentos de Verea para defender un proyecto, el llamado eje de movilidad sostenible, que nunca apareció como una prioridad para el gobierno local de BNG y Compostela Aberta. Con casi diez kilómetros de longitud total y un coste cercano a los 12 millones de euros —siete procedentes de los fondos europeos Next Generation—, “la mayor inversión que se está haciendo hoy supondrá un antes y un después en la movilidad de la capital de Galicia”, afirmaba, entusiasta, en septiembre.

Dos meses después, lo reivindicaba como uno de los “grandes proyectos” que los populares sacaron adelante pese a un ejecutivo municipal “pequeño e ineficaz” —en el que le gusta incluir al PSOE, al que el bipartito necesita para alcanzar la mayoría absoluta en el pleno— que sólo había planteado “negativas, reticencias y obstáculos”.

“Uno de estos ejemplos es la senda peatonal ciclista Santiago-Milladoiro, un proyecto transformador, ambicioso y de futuro”, una apuesta “integral de la movilidad alternativa” que colocará a Santiago “a la altura de las grandes ciudades europeas”, argumentó.

Verea reiteró el “orgullo” por un proyecto “defendido y conseguido por mí” tras ser preguntado por la afectación a las parcelas de Pillado. “Evidentemente, no sabemos a quién pertenecen las fincas por las que va la senda”, añadió, ya que “el trazado concreto corresponde a los técnicos”. “En este caso hubo varios cambios, por las alegaciones presentadas, etcétera... como para estar al tanto de quiénes son los propietarios a los que se les va a expropiar”, concluyó.

Protestas y acciones judiciales detrás de los cambios de trazado

Los problemas que persiguieron al eje de movilidad desde su inicio convierten el “etcétera” de Verea en un eufemismo. El proyecto une en un primer tramo de casi seis kilómetros Milladoiro y la intermodal. De allí, saldrán otras dos vías: una hacia la sede de la Xunta en San Caetano (2,4 km) y otra hacia el Complejo Hospitalario de Santiago (CHUS), de 1.100 metros. Las obras del tramo principal se licitaron en marzo de 2023, pero no comenzaron hasta un año más tarde. Entre los tres trazados posibles, la Xunta no optó por el que, sobre el papel, era la “alternativa aparentemente más directa de comunicación” ya que, según los técnicos, presentaba diversos problemas de accesibilidad.

Pese a presentarse como modelo de “movilidad sostenible”, ecologistas y vecinos consideraban la actuación demasiado agresiva para zonas protegidas como las Brañas de Sar o el bosque del Banquete de Conxo, incluido en el conjunto declarado como Patrimonio de la Humanidad. En noviembre, tras meses de protestas e iniciativas parlamentarias, la Xunta daba su brazo a torcer y anunciaba el nuevo trazado. Una semana antes, Ecoloxistas en Acción había informado de que tanto un juzgado de instrucción compostelano como la fiscalía anticorrupción europea habían abierto diligencias contra la administración autonómica por los daños provocados en el entorno.

“En política a cambio de nada”

El pasado sábado 22 de febrero, el PP de Santiago celebró su segunda romería popular para festejar “la unidad”, un acto en el que se homenajeó la figura de Pillado y que contó con la participación del presidente de la Xunta, Alfonso Rueda; la número dos del partido en Galicia, Paula Prado, o el que fuera ministro y presidente del Consejo de Estado, José Manuel Romay Beccaría, el mentor político de Núñez Feijóo.

Allí, ante doscientas personas, Rueda agradeció a Pillado “haber estado en política absolutamente a cambio de nada”. Recordó aquella campaña por la alcaldía en la que el entonces secretario local dijo que “sólo le faltaba llevar a cama a la sede” o su papel en el partido en Barakaldo, adonde emigró, “cuando era de héroes dar la cara por el PP”.

30.000 euros en metálico en casa

En 2004, la Cadena SER informó de que Pillado, a través de su promotora, gestionaba 500 viviendas protegidas que la Xunta estaba construyendo en Santiago, “una de cada seis”. El responsable de aquellas adjudicaciones, el director xeral del Instituto Galego da Vivenda e Solo, formaba parte de la candidatura de Pillado al congreso local del partido. La noticia contaba también que el hijo de Pillado, Carlos —por aquel entonces concejal del PP en la capital de Galicia, dentista y “propietario de un Jaguar”— había logrado ser adjudicatario de una de aquellas viviendas protegidas, al igual que su hermano Roberto.

Pero la última vez que Pillado apareció —a su pesar— en los papeles fue hace más de una década. En 2013 protagonizó un curioso suceso que, según su relato, combinaba la estafa y la agresión. Tal y como contó, dos mujeres lo sometieron al timo del tocomocho y le ofrecieron comprar unos boletos premiados que ellas no podían cobrar. De camino al banco, Pillado desconfió y se tiró del coche en marcha.

El empresario, que ya entonces superaba los 80 años, se golpeó en la cabeza, pero la mujeres bajaron tras él y lo patearon en plena calle hasta que consiguieron quitarle el sobre de dinero que llevaba en el bolsillo. El montante alcanzaba los 30.000 euros que, según contaba entonces La Voz de Galicia —sin darle mayor importancia dentro del desarrollo de los hechos—, Pillado había ido a casa a “recoger en metálico”. Una cantidad equivalente a la que, ahora, recibirá por las expropiaciones del eje de movilidad.

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