ANDALUCÍA es, según la constitución, una nacionalidad histórica que vivió momentos de esplendor en el pasado y luego pasó a jugar un papel de cuartel, granero y mano de obra. Esta degradación llega a su punto álgido con el fascismo que deja a los andaluces en el imaginario popular como pobres analfabetos alegres y vagos -valga la contradicción- Ahora, hijas e hijos de Andalucía, intentamos contar nuestra historia con la dignidad, igualdad y justicia que esta se merece. (Columna coordinada por Juan Antonio Pavón Losada y Grecia Mallorca). Más en https://www.instagram.com/unrelatoandaluz/
Andalucismo es solo una palabra de mierda

Sí, sí, de mierda, como todas las palabras, proclamo. Es tan ligera como para que se la lleve el viento. Es tan frágil como para que la entierren unos tíos tan brutos como fascistas, en ese tiempo se apropien del cadáver, y que acabe disecada en la mesa de otro tío tan torpe como Juanma Moreno, que con el entusiasmo de un community manager primerizo que luego tiene que borrar el tweet, intentó meter el andalucismo en un solo hashtag. Cuando la historia de Andalucía ya llevaba siglos siendo escrita en contra de gente como él. Incluso para los Andalucistas, “Andalucismo” es una palabra lo suficientemente confusa como para que nos perdamos en que el andalucismo es cambiar una “S” por una “Ç” al escribir. Lo que le da valor a esta palabra, como a todas, es el significado, y el significado es tan transversal que da miedo. Es universal e intrínseco a la humanidad en toda su extensión.
En estos tiempos de auge del fascismo a través de los Elons, Donalds, analistas, analistos, especuladores y otros personajes que lo les hacía falta es un collejón bien “dao”, por pintamonas, el contenido brilla como espada de hobbit en aplicación de ligoteo. Es tan universal que podría afirmar que Cantinflas, Chaplin o Gila eran tan andalucistas como Blas Infante. Una cultura universal de humanidad que, si se abandona, solo deja palabras de mierda tiradas en el suelo para que la cojan los mediocres y nos hagan sufrir. Aquí lo voy a argumentar.
Lo andaluz como parte de lo universal
Después del resultado de las elecciones en Alemania, y con la cercanía del día de Andalucía en la piel como el que espera el calorcito del sol después del invierno, creí oportuno encontrarme con Chaplin por primera vez en general, y con “El gran dictador” (1940) en particular. Muchos seguramente lo conoceréis de sobra, pero me vais a permitir que transcriba el original del discurso final, como recordatorio o presentación:
“Lo siento. Pero... yo no quiero ser emperador. Ese no es mi oficio, sino ayudar a todos si fuera posible. Blancos o negros. Judíos o gentiles. Tenemos que ayudarnos los unos a los otros; los seres humanos somos así. Queremos hacer felices a los demás, no hacernos desgraciados. No queremos odiar ni despreciar a nadie. En este mundo hay sitio para todos y la buena tierra es rica y puede alimentar a todos los seres. El camino de la vida puede ser libre y hermoso, pero lo hemos perdido. La codicia ha envenenado las armas, ha levantado barreras de odio, nos ha empujado hacia las miserias y las matanzas. Hemos progresado muy deprisa, pero nos hemos encarcelado a nosotros mismos. El maquinismo, que crea abundancia, nos deja en la necesidad. Nuestro conocimiento nos ha hecho cínicos. Nuestra inteligencia, duros y secos. Pensamos demasiado, sentimos muy poco. Más que máquinas necesitamos más humanidad. Más que inteligencia, tener bondad y dulzura. Sin estas cualidades la vida será violenta, se perderá todo. Los aviones y la radio nos hacen sentirnos más cercanos. La verdadera naturaleza de estos inventos exige bondad humana, exige la hermandad universal que nos una a todos nosotros. Ahora mismo, mi voz llega a millones de seres en todo el mundo, millones de hombres desesperados, mujeres y niños, víctimas de un sistema que hace torturar a los hombres y encarcelar a gentes inocentes. A los que puedan oírme, les digo: no desesperéis. La desdicha que padecemos no es más que la pasajera codicia y la amargura de hombres que temen seguir el camino del progreso humano. El odio pasará y caerán los dictadores, y el poder que se le quitó al pueblo se le reintegrará al pueblo, y, así, mientras el Hombre exista, la libertad no perecerá. Soldados: No os entreguéis a ésos que en realidad os desprecian, os esclavizan, reglamentan vuestras vidas y os dicen qué tenéis que hacer, qué decir y qué sentir. Os barren el cerebro, os ceban, os tratan como a ganado y como carne de cañón. No os entreguéis a estos individuos inhumanos, hombres máquina, con cerebros y corazones de máquina. Vosotros no sois ganado, no sois máquinas, sois Hombres. Lleváis el amor de la Humanidad en vuestros corazones, no el odio. Sólo los que no aman odian, los que nos aman y los inhumanos. Soldados: No luchéis por la esclavitud, sino por la libertad. En el capítulo 17 de San Lucas se lee: ”El Reino de Dios no está en un hombre, ni en un grupo de hombres, sino en todos los hombres...“. Vosotros los hombres tenéis el poder. El poder de crear máquinas, el poder de crear felicidad, el poder de hacer esta vida libre y hermosa y convertirla en una maravillosa aventura. En nombre de la democracia, utilicemos ese poder actuando todos unidos. Luchemos por un mundo nuevo, digno y noble que garantice a los hombres un trabajo, a la juventud un futuro y a la vejez seguridad. Pero bajo la promesa de esas cosas, las fieras subieron al poder. Pero mintieron; nunca han cumplido sus promesas ni nunca las cumplirán. Los dictadores son libres sólo ellos, pero esclavizan al pueblo. Luchemos ahora para hacer realidad lo prometido. Todos a luchar para liberar al mundo. Para derribar barreras nacionales, para eliminar la ambición, el odio y la intolerancia. Luchemos por el mundo de la razón. Un mundo donde la ciencia, el progreso, nos conduzca a todos a la felicidad. Soldados: En nombre de la democracia, debemos unirnos todos.”
Si bien enterrado por siglos de colonialismo y propaganda hasta el punto de premiar al esclavo feliz que toca la guitarra al son de sus amos, el Andalucismo que sobrevive al invierno nuclear al que está sometido se ha cuestionado este modelo centralista que ha impedido el desarrollo pleno de Andalucía, reivindicando mayor autonomía y justicia social para todos y todas
Cambiando lo de hombres por algo más queer-friendly, yo no sé qué veis ustedes, pero yo veo lucha, justicia social, igualdad, libertad sin oprimir al de al lado y la identidad propia de Andalucía dentro de un marco universal. Veo el Himno de Andalucía, la tostá de aceite y la flauta. En un ejercicio de análisis un poquito más “currao”, uno puede ver que uno de los ejes del discurso de Chaplin es la fraternidad y el rechazo de las fronteras impuestas por el odio y la codicia. Creo que no hay que encaje mejor con la tradición andalucista, en especial con el pensamiento de Blas Infante, quien defendía un andalucismo integrador, abierto a la diversidad cultural y basado en la justicia social. La frase “En este mundo hay sitio para todos y la buena tierra es rica y puede alimentar a todos los seres” bien podría entrar en el himno de Andalucía, históricamente empobrecida por estructuras de poder que qué os voy a contar a estas alturas. Colonialismo, explotación de recursos, jornaleros, extractivismo, propiedad de la tierra, latifundismo. “Os barren el cerebro, os ceban, os tratan como a ganado y como carne de cañón”, que puede leerse en clave andalucista en relación con la marginación de Andalucía dentro del Estado católico-español. Durante siglos, Andalucía ha sido sometida a explotación económica y cultural del Reino conquistador, donde el vencedor ha relegado al vencido a un papel de cuna, plantaciones y ciudadanos de segunda. Si bien enterrado por siglos de colonialismo y propaganda hasta el punto de premiar al esclavo feliz que toca la guitarra al son de sus amos, el Andalucismo que sobrevive al invierno nuclear al que está sometido se ha cuestionado este modelo centralista que ha impedido el desarrollo pleno de Andalucía, reivindicando mayor autonomía y justicia social para todos y todas. Más proposiciones: “el poder que se le quitó al pueblo se le reintegrará al pueblo”, resuena como una estrofa perdida del mismísimo himno con la lucha andaluza por la autonomía y la recuperación de su identidad, especialmente en el 4 de diciembre.
Filósofos o poetas de nuestra tierra (Averroes, Seneca, Antonio Machado, Federico García Lorca, María Zambrano, Picasso, Camarón o hasta el mismísimo Montoya de la Isla de las Tentaciones) se unen a Chaplin en la universalidad (Felipe González, tú no), y han puesto el 'highlighter' en el centro de su obra la dignidad humana, el amor y la fraternidad, y la lucha contra la opresión
En la parte que más me gusta, el discurso insiste en que la modernidad no debe llevarnos a perder nuestra humanidad: “Hemos progresado muy deprisa, pero nos hemos encarcelado a nosotros mismos”. Filósofos o poetas de nuestra tierra (Averroes, Seneca, Antonio Machado, Federico García Lorca, María Zambrano, Picasso, Camarón o hasta el mismísimo Montoya de la Isla de las Tentaciones) se unen a Chaplin en la universalidad (Felipe González, tú no), y han puesto el highlighter en el centro de su obra la dignidad humana, el amor y la fraternidad, y la lucha contra la opresión. La frase “No luchéis por la esclavitud, sino por la libertad”, puede vincularse a la aspiración de autogobierno del pueblo andaluz marcada por luchas de liberación contra el dominio feudal, el caciquismo y el franquismo… o la industria minera. Cuando dice: “Luchemos por un mundo nuevo, digno y noble que garantice a los hombres un trabajo, a la juventud un futuro y a la vejez seguridad”, señala principios que han sido fundamentales en el pensamiento andalucista, que ha abogado por el derecho al trabajo, la educación y la protección social como pilares de una sociedad justa, ya sea por Andalucía libre, los pueblos y la humanidad. Este ideal se vio reflejado en la lucha del pueblo andaluz por su autonomía en el siglo XX, que no solo era una reivindicación política, sino que es también un reclamo por una sociedad más equitativa y solidaria.
Por muchas tazas que te compres de “sueña, vive, ama”, te vas a levantar cagándote en todo, la denuncia de abogados cristianos te la vas a llevar igual, porque eres pobre y tienes que ir a las 7 de la mañana a ponerle cafés a guiris, madrileños y algún idiota local, y lo mismo te toca esperar detrás de un ensayo de una cuadrilla de costaleros
Concluzión
El que no se sienta reflejado en este speech no es andalucista. Será otra cosa, o lo dirá pa engañar. Sí, yo soy el que da los carnets de andalucista. Lo mismo tenemos que dejarnos de visiones localistas, de pelearnos en los matices, de batallas de ego y encontrarnos en la abrumadora coincidencia que es ser personas más libres, justas y fraternas que den lugar a mejores sociedades. Retomar la política como una serie de valores por los que nos regimos cada uno. Por las que uno vive y muere, y que dan sentido a la coherencia del ser y que si quieren se agrupan, y si no no, en lugar de abrazarnos a partidos y asambleas infumables las dos. Y aunque, obviamente, el discurso de Chaplin no tiene un origen andaluz ni está enmarcado en el pensamiento andalucista, comparte valores fundamentales que en ese chovinismo del que se siente inferior pierde su significado y se convierte en un obstáculo en sí mismo. Hay que luchar por ser buena persona, y llamarlo como quieras. Las palabras dan sentido al mundo, con límites. Las realidades materiales no se cambian con palabras. El balonazo en la cara te va a doler igual si le llamas por su nombre o “el sinfónico beso deportivo del destino”. Por muchas tazas que te compres de “sueña, vive, ama”, te vas a levantar cagándote en todo, la denuncia de abogados cristianos te la vas a llevar igual, porque eres pobre y tienes que ir a las 7 de la mañana a ponerle cafés a guiris, madrileños y algún idiota local, y lo mismo te toca esperar detrás de un ensayo de una cuadrilla de costaleros.
Tenemos que retomar la política como valores. Universalismo y solidaridad, crítica constante al poder, al opresor la injusticia social y la explotación. Defensa de la dignidad humana, la cultura, la autonomía, la democracia y justicia social. No estamos solos, no nos comportemos como necios, tolilis, ceporros, melones o cenutrios de toda la vida.
Sobre este blog
ANDALUCÍA es, según la constitución, una nacionalidad histórica que vivió momentos de esplendor en el pasado y luego pasó a jugar un papel de cuartel, granero y mano de obra. Esta degradación llega a su punto álgido con el fascismo que deja a los andaluces en el imaginario popular como pobres analfabetos alegres y vagos -valga la contradicción- Ahora, hijas e hijos de Andalucía, intentamos contar nuestra historia con la dignidad, igualdad y justicia que esta se merece. (Columna coordinada por Juan Antonio Pavón Losada y Grecia Mallorca). Más en https://www.instagram.com/unrelatoandaluz/
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