La Casa del Pumarejo pone fin a años de “abandono” con el inicio de las obras para su reforma integral
El Ayuntamiento de Sevilla ha iniciado este lunes las obras de rehabilitación de la casa palacio del Pumarejo, edificio histórico del barrio de San Gil y símbolo de lucha vecinal en la ciudad. Este inmueble datado del siglo XVIII fue declarado Bien de Interés Cultural (BIC) en 2003. Y desde entonces se ha convertido en un emblema de la resistencia vecinal frente a la gentrificación en la capital hispalense, después de que una plataforma ciudadana lograra frenar el intento de expulsar a las 12 vecinas y 10 comerciantes que se alojaban en esta casa por parte de una empresa hotelera, que adquirió la mitad del edificio en el año 2000 con la intención de crear un hotel de lujo.
Fruto de esa presión vecinal, el Pumarejo fue declarado BIC tres años después y el Consistorio asumió su propiedad en 2009. Durante estos años, el espacio ha estado autogestionado por los vecinos del barrio a través de la Asociación Casa del Pumarejo, que se encarga de organizar numerosas actividades culturales para llenar de vida este rincón del Casco Antiguo y defender “este emblemático y valioso edificio como espacio de encuentro, cultura, trabajo ciudadano y cohesión barrial”.
La negociación con esta entidad vecinal ha sido clave para la puesta en marcha del proyecto de rehabilitación. Una reforma que llevaban años demandando los propios residentes del barrio, quienes denunciaban el “olvido” y “abandono” que pesaba sobre la casa palacio. Tras reunirse con ellos y alcanzar un acuerdo para su realojo hasta que concluyan las obras, el proyecto de rehabilitación integral del Pumarejo ha arrancado este lunes su primera fase, que cuenta con un presupuesto de 4,7 millones de euros y un plazo de ejecución de 18 meses.
Recuperación en dos fases
Las obras están valoradas en su totalidad en 7,9 millones de euros y se llevarán a cabo en dos fases, alcanzando a todas las estancias y espacios, además de las fachadas exteriores. La primera etapa que acaba de comenzar afecta a la mitad trasera del edificio, comprendiendo 2.339,34 metros cuadrados de superficie total, construida entre las plantas baja, la entreplanta, planta alta y castillete. A todo ello se suma la recuperación del patio trasero, con 125 metros cuadrados de superficie, y de otros pequeños patios menores no accesibles.
Dado que la primera fase afecta a los comercios y colectivos que estaban instalados en la Casa del Pumarejo (una pescadería histórica y un comercio de mercería, así como la asociación Macarena y la del Pumarejo, según el Gobierno municipal), tanto ellos como la única inquilina que quedaba en este palacio han sido realojados con el compromiso de que puedan volver a sus respectivas dependencias cuando finalicen los trabajos.
Concluida la rehabilitación de la zona trasera del edificio, que contempla también una intervención arqueológica, se contratarán las obras de la parte restante de la casa –la zona delantera–, dando comienzo a la segunda fase. Esta última parte, centrada en el patio y en todos los locales de la fachada, prevé un tiempo de ejecución de 12 meses, de manera que la Gerencia de Urbanismo espera dar por finalizada la rehabilitación para el año 2027. Durante esta segunda fase, los vecinos afectados podrán instalarse en la parte trasera –que estará ya rehabilitada–, mientras que el emblemático bar Camacho se reubicará temporalmente en la misma Plaza del Pumarejo hasta que concluyan las obras.
“El objetivo último es devolver a la edificación unas condiciones de conservación y habitabilidad adecuadas”, ha reivindicado el alcalde de Sevilla, José Luis Sanz, quien ha señalado la importancia del inicio de estas obras por dar respuesta “a una de las demandas históricas de la ciudad de Sevilla que no había sido atendida por parte de gobiernos anteriores”.
En este sentido, el regidor hispalense ha destacado que la rehabilitación de la Casa del Pumarejo mejora la calidad de vida de los inquilinos (al renovar las instalaciones de fontanería, electricidad y climatización, además de instalar nueva cerrajería y erradicar los problemas de humedad, mejorando tanto el confort como la salubridad del edificio), además de cumplir con la normativa en lo relativo a accesibilidad y seguridad. Al mismo tiempo, ha señalado Sanz, la recuperación del Pumarejo supone “impulsar el comercio y la hostelería” de la zona, mejorando también “la imagen de la ciudad”, al poner en valor un edificio histórico que supone también “un reclamo turístico más para los visitantes de Sevilla”.
Actuaciones del proyecto de rehabilitación
Desde Urbanismo, se explica que el proyecto parte de la premisa de intervenir a todos los niveles desde el máximo respeto a los sistemas constructivos originales. Respecto a las fachadas, se trabajará para restaurar el aspecto homogéneo del inmueble, recuperando la disposición inicial de los huecos y las carpinterías. También se contemplan medidas de conservación en elementos destacados como la portada, el escudo y el balcón esquinado.
En cuanto al zaguán y al patio principal, las intervenciones estarán orientadas a preservar la balaustrada de piedra, las columnas de caoba del patio y los pasamanos de la escalera principal. En las galerías, tanto de la planta baja como de la primera, se eliminarán los añadidos posteriores para recuperar la estructura original del edificio. A la escalera principal se le retirará el tramo que sube hacia la cubierta plana de la primera crujía –identificado como un añadido– con vistas a restaurar la lectura original de este elemento.
Por otro lado, las escaleras secundarias se extenderán hasta la planta baja, conectando ambas plantas, mientras que los tramos actuales se reconstruirán por su deterioro. Además, se instalará un nuevo ascensor y un núcleo de escaleras para mejorar la accesibilidad de las viviendas ocupadas en la planta alta. En lo relativo a las cubiertas, se devolverá al patio principal su cubierta inclinada original de teja, eliminando el actual forjado de hormigón. Finalmente, en el patio trasero, se demolerá el edificio anexo para construir uno nuevo, manteniendo el volumen, pero mejorando su calidad constructiva y distribución, con dos viviendas en la planta alta y dos locales comerciales en la planta baja.
De esta forma, una vez finalizadas las obras, la Asociación Casa del Pumarejo y el resto de entidades que desarrollan su actividad en el edificio podrán reinstalarse en su “casa grande”, que estará ya rehabilitada para poder seguir desarrollando su actividad “de servicio público al barrio y a los vecinos”.
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