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Montero azuza a todo el PSOE andaluz a “desenmascarar” el perfil moderado de Moreno antes de las elecciones

María Jesús Montero, vicepresidenta del Gobierno y líder del PSOE andaluz, en una reunión de la interparlamentaria socialista en Córdoba.

Daniel Cela

Sevilla —
24 de enero de 2025 14:24 h

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María Jesús Montero se ha marcado como objetivo “desenmascarar” el perfil moderado de Juan Manuel Moreno antes de las elecciones andaluzas previstas para el verano de 2026. La imagen pública del presidente de la Junta es, hoy por hoy, su mayor fortaleza en las urnas, se alza por encima de la marca de su propio partido, y es indisociable de la mayoría absoluta que logró el PP andaluz en los comicios de 2022.

La vicepresidenta del Gobierno, ministra de Hacienda y nueva secretaria general del PSOE andaluz azuzó a los suyos este viernes para que se empeñen en minar esa imagen de moderado que protege a Moreno, identificando sus políticas y estrategias de partido con el PP más duro, ya sea Alberto Núñez Feijóo, ya sea Isabel Díaz Ayuso.

“El PP andaluz no puede ponerse de perfil. Es el mismo partido y, por tanto, tiene que responder ante lo que hacen también” en Madrid, ha remarcado durante su discurso, de una hora, en un hotel de Córdoba donde se ha reunido la Interparlamentaria del PSOE de Andalucía, a la que pertenecen los diputados (21), senadores (14), parlamentarios autonómicos (30) y europarlamentarios andaluces (una).

Montero venía de culminar una semana durísima en el Congreso de los Diputados, donde los votos en contra de PP, Vox y Junts han infringido una derrota parlamentaria al Gobierno de Pedro Sánchez, tumbando el decreto ómnibus que aglutinaba un conjunto de medidas sociales de calado, incluida la revalorización de las pensiones, el ingreso mínimo vital o la bonificación del transporte público.

El impacto de esa derrota afectará a más de dos millones de andaluces y la líder del PSOE andaluz ha apremiado a los suyos a que expliquen lo que ha pasado “en cada casa del pueblo, en cada ciudad de Andalucía”. Que señalen al PP como responsable de este “enorme daño social”, que señalen al presidente de la Junta por “usar a los ciudadanos como rehenes para infringir una derrota parlamentaria al Gobierno”.

“Moreno practica las mismas políticas de derechas que el resto del PP, las mismas políticas de privatización de los servicios públicos, de confrontación entre las administraciones, de intentar capitalizar los logros económicos del Gobierno de España, poniendo palos en las ruedas. Es lo que hace Ayuso en Madrid, sólo que ella es más castiza, que Rueda en Galicia o que Mazón en Valencia”, ha advertido.

“Nos quieren tumbar, vienen a muerte”

La vicepresidenta del Gobierno acaba de coger las riendas de la federación más numerosa del PSOE -algo más de 40.000 militantes- y el cambio más significativo que se ha producido respecto a la etapa de Juan Espadas es el contagio de la emoción.

Montero todavía no ha conformado su equipo, que tendrá un peso relevante en Andalucía para ocupar los vacíos que ella deja mientras le ocupa su complejísima agenda en Madrid, de ministra de Hacienda, número dos del Gobienrno y número dos de la dirección federal. Pero en sus primeros pasos está sacudiendo al maltrecho PSOE andaluz, como un entrenador al púgil que llega al rincón del ring seminoqueado, y es obligado a volver a la pelea para sacar fuerzas de donde no las hay.

La metáfora de boxeo no es arbitraria. La propia dirigente sevillana le habla a los suyos de “combate” entre el tándem derecha-ultraderecha y la mayoría social, y en ese marco mental dibuja una guerra geopolítica que empieza en Donald Trump, los oligarcas tecnológicos y sus redes sociales, y termina en el pacto PP-Vox en el Ayuntamiento de Sevilla. “No aceptan la legitimidad democrática, quieren repetir elecciones tantas veces como haga falta hasta que salga el resultado que quieren”, ha dicho, tras atornillar la idea de que Sánchez va a agotar la legislatura.

Montero habla de “pelea a muerte”, de “tumbar” al contrario, de “ponerse las pilas”. “Nos quieren tumbar de la manera que sea, vienen a muerte”, ha dicho, tras acotar que “el PP no le tiene miedo ni está nervioso por Montero, le tiene miedo a un PSOE que cuando está fuerte y unido es incombustible”.

El cuento de los cinco dedidos y el huevo

El mensaje de fondo de la nueva secretaria general no dista mucho de su predecesor, pero la vicepresidenta le aporta un plus de energía a sus palabras, un rictus de cabreo e indignación, una comunicación no verbal que transmite la sensación de que está a punto de salir propulsada como un cohete. Al desmontaje del perfil moderado de Moreno le dedicó un buen rato y un cuento infantil, el del dedito que compró un huevo.

Ya saben: este dedito compró un huevito -Aldama denuncia en la cadena Cope que Montero tiene una cuenta bancaria en el extranjero-; este dedito lo cocinó -el PP en Madrid lleva la supuesta denuncia al Senado-; este dedito lo fue pelando -el Senado, con mayoría absoluta popular, eleva la denuncia al Tribunal Supremo; este dedito lo fue salando -el consejero andaluz de Presidencia, Antonio Sanz, exige a Montero explicaciones por este “escándalo”- y este gordo se lo comió: Moreno, a preguntas de los periodistas, responde que no comenta las denuncias de Aldama sin pruebas.

Montero, visiblemente indignada, se ha preguntado cómo es posible que “una mentira de un presunto delincuente, al que todavía le queda un tiempo que pasar en la cárcel, promueva un debate público”. “Una denuncia falsa que la Fiscalía archivo el primer día, nada más registrarse, porque no había nada”, dijo.

Y abroncó al presidente andaluz por “esconderse detrás de su consejero de Presidencia y de otros portavoces del PP” para proteger su imagen de moderado. “Esto está más visto que la caló. Este reparto de papeles lo tenemos que desenmascarar”, ha insistido. La ministra también ha criticado en este punto a la televisión pública andaluza por hacerse eco de la entrevista de Aldama en la Cope y de las declaraciones de Sanz contra ella, pero no darle espacio a su respuesta, que ese mismo día desmintió en el Congreso y anunció acciones legales contra el supuesto conseguidor de la trama Koldo.

“Canal Sur no es una televisión del PP, espero que este sectarismo lo corrija, o al menos lo balancee, o que lo disimule un poco”, ha asegurado. Montero, que este sábado dará un mitin en el Pabellón de la Navegación, en Sevilla, ha empezado la precampaña electoral en cuanto ha sido designada secretaria general del PSOE andaluz.

Le ha dicho a los suyos que se muevan, que no quiere “espectadores” sino “protagonistas” en la hazaña de ganarle a Moreno en 2026 y volver a gobernar. Ha denunciado que el presidente andaluz se beneficia del “éxito de la política económica del Gobierno central, pero sin haber aportado ninguna de sus competencias para que Andalucía crezca más rápido”.

Ha asegurado que “la sanidad pública andaluza está peor que nunca”, y que la Junta se ha acomodado en exigir a diario al Gobierno “un dinero que luego no usa o no sabe gestionar”, en alusión directa a los 1.800 millones de euros en entregas a cuenta que la Junta ha perdido al decaer el decreto ómnibus con el voto del PP.

La carrera electoral de los socialistas ya ha empezado y va a toda pastilla. El congreso regional que elegirá a la nueva ejecutiva de Montero será los días 22 y 23 de febrero en Armilla (Granada), los congresos provinciales se han adelantado a la última semana de marzo y la primera de abril.

El socialismo andaluz quiere poner la máquina a pleno funcionamiento en un tiempo récord, mientras su máxima dirigente garantiza que esa urgencia no está motivada por un posible adelanto de las elecciones generales. “El Gobierno es incombustible, no va a cejar en su empeño de desarrollar su agenda social. El PP se va a aburrir de pedir constantemente el adelanto electoral. Vamos a agotar la legislatura”, ha advertido.

Entre los dirigentes presentes, muchos cruzan los dedos para que se alineen las estrellas, es decir, para que las generales y las andaluzas coincidan en el tiempo y esperar que un repunte de participación dé un vuelco imprevisible al escenario político actual.

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